Y hagamos de la rutina,
la más bella compañía,
tu boca y la mía,
a pies juntillas.
la más bella compañía,
tu boca y la mía,
a pies juntillas.
Y saltemos los charcos,
como dos locos enamorados,
que el tiempo no nos alcance
si viene pisando con sus estragos.
como dos locos enamorados,
que el tiempo no nos alcance
si viene pisando con sus estragos.
Escupamos flores de colores,
aún cuando hablemos de
estar enfadados.
Y que no llegue la noche,
sin besarnos.
aún cuando hablemos de
estar enfadados.
Y que no llegue la noche,
sin besarnos.
Cerremos la puerta al invierno,
si llega cuestionando las ganas.
Y sepamos enfrentarlo,
si llega cuestionando las ganas.
Y sepamos enfrentarlo,
de la forma más bonita,
bajo el edredón.
Llenemos siempre el plato,
que el amor no quede vacío,
que no le aceche nunca hambre,
que tu mano y la mía no escatimen
que el amor no quede vacío,
que no le aceche nunca hambre,
que tu mano y la mía no escatimen
en caricias.
Y si han de venir amargos,
sepamos, amor mío,
divisarlos con tiempo,
y ojo avizor, con sumo cuidado,
no los despreciemos sin más,
y les demos tregua si la necesitan,
para que no envenenen
con ese sabor rencoroso que siempre vuelve,
cuando no se cierran bien heridas.
sepamos, amor mío,
divisarlos con tiempo,
y ojo avizor, con sumo cuidado,
no los despreciemos sin más,
y les demos tregua si la necesitan,
para que no envenenen
con ese sabor rencoroso que siempre vuelve,
cuando no se cierran bien heridas.
¿Quieres?
Si me dices que sí,
me quedo en tu boca.
No veo mejor lugar,
donde pasar mi vida.
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