domingo, 11 de septiembre de 2011

A examen!

Habías estudiado todas las lecciones y creíste que aprobarías sin problemas.

Pero no te esforzaste siquiera en aprenderte las definiciones en negrita. Ésas que son preguntas, casi obligadas, en el examen.

No te fijaste en cómo las líneas, una tras otra, formaban frases con sentido, que luego iban a ser claves para resolver el problema planteado.

Por supuesto no dedicaste nada de tu tiempo a analizar las fotos e imágenes del libro, ni los pies de página. Esas curiosidades que el alumno aventajado utilizará para subir la nota.

Ni, mucho menos, quisiste ampliar información mirando un poco más allá...

Memorizaste rápidamente -creyendo saberlo todo- sin hacer la lectura previa recomendada. En tu método no había tiempo para subrayar, ni esquematizar, ni dibujar...

Corrías el riesgo de olvidarlo todo.

Llegó un día en el que alguien te preguntó, y te preguntó por los detalles, aquellos que requieren una comprensión profunda, un interés verdadero,
un estudio cuidadoso y dedicado...

Como no podía ser de otra manera, tu mente quedó en blanco.
Pensaste que lo sabías todo y que tu estudio había sido válido y, sin embargo, suspendiste.

Creíste que podías avanzar por el camino de puntillas, y llevarme a mi contigo... y te equivocaste.

Yo necesito a alguien que quiera aprenderse-(me) y conseguir la matrícula de honor.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Nos faltó tiempo...

No pudimos llegar. Tus palabras iban demasiado deprisa.
Yo no quería correr. Quería sentir. Dejarme inundar por ti.
Enseguida dijiste te quiero...

No pudimos llegar. Tus demostraciones de cariño iban tan despacio...
Yo dejando todo por verte. Haciendo crucigramas imposibles por besarte y tenerte a mi lado, un segundo, dos.
Tu, rápidamente acostumbrado a mis quereres.

Como un niño pequeño al que no se le puede negar un capricho..., tú, acostumbrado a pensar solo en tí.
Incapaz de ver lo que sienten mis ojos. Ciego por no entender lo que piensa mi corazón.

Experto en adornar-me con palabras que atontan, novato en el arte de querer-me.
Querer es... que lo más importante ya no eres tú, es devorar con los ojos, hacer locuras sin pensarlas, buscar constantemente el aliento, tocar como si no pudieras volver a hacerlo, desear, soñar, estar, cuidar...

No soy las migajas de nadie. No lo creeré más.

Nos faltó tiempo sí... y tus ganas.