No pudimos llegar. Tus palabras iban demasiado deprisa.
Yo no quería correr. Quería sentir. Dejarme inundar por ti.
Enseguida dijiste te quiero...
No pudimos llegar. Tus demostraciones de cariño iban tan despacio...
Yo dejando todo por verte. Haciendo crucigramas imposibles por besarte y tenerte a mi lado, un segundo, dos.
Tu, rápidamente acostumbrado a mis quereres.
Como un niño pequeño al que no se le puede negar un capricho..., tú, acostumbrado a pensar solo en tí.
Incapaz de ver lo que sienten mis ojos. Ciego por no entender lo que piensa mi corazón.
Experto en adornar-me con palabras que atontan, novato en el arte de querer-me.
Querer es... que lo más importante ya no eres tú, es devorar con los ojos, hacer locuras sin pensarlas, buscar constantemente el aliento, tocar como si no pudieras volver a hacerlo, desear, soñar, estar, cuidar...
No soy las migajas de nadie. No lo creeré más.
Nos faltó tiempo sí... y tus ganas.
No lo creas no. Tú te mereces muuuuucho, preciosa!
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