lunes, 27 de febrero de 2017

Libre

Me quiero libre,
en movimiento sin dueño,
sin florituras sobrantes
ni corsés ansiosos por encajar.

Te quiero libre,
cuando muestras seguridad,
y no te dejas menospreciar,
por lo que creas que piensan,
o por cómo imaginas que mirarán.

Me quiero libre
cuando me cuido y me comprendo,
y acepto que no soy perfecta,
y que tampoco quiero serlo.

Te quiero libre,
siempre que dejas que ocurra,
y te tocas y te reflejas con cariño.

Me quiero, cuando fluyo
y dejo fluir en libertad.

Te quiero con fuerza,
Me quiero con ternura,
también cuando esquivo,
en vez de afrontar,
a todo lo que atormenta,
y que se atreve a poner en peligro,
estos cimientos que tanto cuesta sellar.

Me quiero compasiva
con cada una de mis extremidades
y cuando las muevo cada una al son,
a ése, que sólo a mí se me antoja.

Te quiero igual y
quiero querernos
siempre, un poco más.




#CuerposEnMovimiento
Aprendizajes en la #EscuelaJamming

miércoles, 22 de febrero de 2017

La capa negra

Hay una capa negra que nos ronda
y que nos suele dar miedo nombrar.

Pese a no mentar su nombre,
esa capa negra nos ronda y sin descanso se mueve,
como nube en vendaval,
oteando, desde arriba (o abajo) a quién llevarse esta vez.

Todo es más sencillo si creemos que no está,
que a nosotros no llegará,
mientras apuntamos un sinfín de tareas pendientes,
de aquí a veinte años si me apuras:
cambiar de trabajo, ser mucho más feliz, hacer más deporte,
tener hijos (o no), volver a los libros, esperar tiempos mejores,...
Y también anotamos los, ya mañana le llamo, ya mañana le pregunto,
ya, si eso, la semana que viene o mejor el mes que viene,
ah, y que no se me olvide decirle que le quiero, apuntado también,
en cuanto tenga tiempo lo haré todo...
El tiempo, curioso concepto que tenemos limitado y también carecemos de él,
que no nos pertenece y del que, sin embargo, somos dueños.

Así, con el vaivén de ese tiempo,
vamos pasando sin hacer mucho ruido al caminar,
pensando que tenemos la certeza de que esa capa,
no se detendrá -al menos todavía- a plantarnos cara.

Ay, amigo, pero la capa, en sus rondas,
siempre se detiene, tiene esa mala costumbre.
Da igual si parece justo o injusto, pasa, mira, y decide.
Es la que manda en quien señala.

Y es cuando esa parada cae cerca de uno,
tanto que puedes sentir su respiración en tu nuca,
ves llegar la lucidez,
la que te dice que eres finito,
y que no sabes ni cuándo ni cómo será,
que tienes el ahora, que ahora es solo un instante.

Que ahora,
mientras escribes esto,
es lo que tienes,
sólo
esto.

Y que no deseas que falte nada por hacer y sentir,
cuando la parada seas tú.
(...qué escalofrío...)

Esa lucidez, es la que te empuja a empezar a vivir
y dejar de caminar sin hacer ruido,
a hacer 'ahora' y, sobre todo, a no callarte nada bonito,
ni gestos, ni sonrisas.
A disfrutar del tiempo que tienes con las personas que quieres.

Otra vez, el tiempo...ese curioso concepto de antes,
que también hace que esta brillante lucidez se difumine,
hasta que la capa vuelve a rondar...

No somos dueños de nada y mucho menos de la vida,
aunque la llamemos "nuestra"; no lo es, ni lo fue, ni será.
Y ahora, no quiero que se me olvide.
Créeme si digo que quiero.
Y a tí, te quiero.


viernes, 17 de febrero de 2017

Suicidio emocional

Dos suicidas, tu y yo.
Otra vez, cara a cara, frente al vacío
cuando se separan nuestros cuerpos,
frente al silencio maldito del adiós,
que no logramos, nunca, lo sea del todo.

Quién sucumbirá primero, esta vez,
al "en línea" del whatsapp,
lanzando el primer dardo a la diana,
escupiendo sus verdades con iconos,
arrugando el corazón con sus reproches,
que recuerdan, que quererse, no basta,
y, sin embargo, es lo que a pesar de no ser suficiente,
nos arrastra, cual tsunami, a un "último" café,
y dejarlo todo claro,
para marcharme definitivamente de tí,
y tu de mí.
Para cerrar con llave nuestros corazones,
rotos por enésima vez,
que no son más, a estas alturas, que rastrojos.

Dos suicidas, tú y yo.
Y el precipicio.

Ya solo queda, tocar fondo.



Y una canción que abre mi particular "caja de pandora". Gracias Sofia Ellar por esta preciosa canción: Segundas partes entre suicidas. Disfrutadla.

viernes, 10 de febrero de 2017

Vidas de vagón

Estoy en mi trayecto de regreso,
tras una jornada poco apasionante en la oficina
-como, lamentablemente, suele serlo-
y comparto vagón con otras vidas, como la mía.

Somos muchas, apretadas y muy juntas,
tanto, que casi podemos respirar la vida ajena
(sensación no muy agradable, no.
Para ellos, tampoco)

Veo al chico que mueve su cabeza de arriba a abajo,
con una música que se oye desde mi lugar;
ha tenido un día duro, me lo dicen sus ojos hundidos y ojerosos,
un suspenso que afrontar o una nueva decepción que digerir.

La mujer que, sentada, no levanta la mirada del libro,
con dulce y sonriente semblante;
apuesto que es aventurera y segura de sus pasos,
sabe que no es más ni menos que nadie
y no permite que nadie la pise.

Aquella, algo más mayor, tiene un rostro preocupado,
como si hubiera hecho algo de lo que se arrepiente,
una infidelidad, quizás. Sí, igual en pleno desenfreno,
no pudo resistirse a caer en brazos de aquel camarero
que le servía, cada día, su mejor café.
Además, seguro su culpa es muy intensa, porque en casa,
le está esperando, ilusionada, ella.

Sentado, un señor mayor, con la mirada fija en la ventana,
mientras noto como maldice en bajo.
Sus gafas esconden una intensa vida que, hace pocos años se vio truncada,
porque el tiempo acabó con el amor de su vida,
que toda le había dado,
que nada le había dejado.

Puedo ver a la mujer que sujeta su bolso con fuerza,
mirando desconfiada a todos lados;
pienso que podía presentarle al señor de antes;
y ver si el destino les da otra oportunidad.

El opositor, sin dar tregua al paso de las hojas,
cada vez más rápido y resbalando el rotulador entre sus dedos.
Se la juega todas a una y seguro que solo piensa en qué hará si no lo logra.

Quiero seguir, pero en este juego
que me acerca a los extraños,
me da por mirar dónde estoy y,
otra vez,
me he pasado
de parada...








miércoles, 8 de febrero de 2017

Las fotos

Recuerdo una a una las fotos que nos hicimos,
que no fueron demasiadas,
pero tampoco fueron las suficientes.

Aquella, tirando una moneda en la fuente,
pidiendo deseos que no compartimos,
no fuera a ser que se cumplieran, -¿o que no lo hicieran?-
(tonta yo, que aún ni esto tengo claro)

Aquella otra, corriendo por el parque,
cuando me agarraste, caímos
y te pudieron las ganas, dejando hablar a tus latidos.

Recuerdo que la primera de todas, fue de mi salto al vacío
al enamorarme de tí,
esperando a que tu me recogieras.
Luego, vino la tuya con aire suficiente,
mirando cómo sólo la tuve opción de abrir el paracaídas,
mientras, como podía, me sujetaba el corazón desbocado.

Tarde, como siempre. Yo y mi manía de aprender, siempre, tarde.

No fueron suficientes fotos,
no llegamos a miles de ellas,
las velas, aniversarios,
las sorpresas, nacimientos,
los años sin daños o la vejez,...

Pasaste de puntillas cuando yo quería bailar la vida contigo.

Recuerdo también las últimas fotos, de mi despecho y tu partida,
que recogían mi tristeza en la despedida.
El que se va, suele dolerse menos,
y marchaste decidido sin girarte, ni tan siquiera, una vez.
Lo fácil fue lamerme las heridas, una y otra vez,
lo difícil entender que la culpable no fui yo,
ni tú.

No fueron suficientes fotos,
pero fuimos los mejores modelos en las que nos hicimos.

A veces, vuelve mi instinto masoquista, y re-miro esas fotos
que, no son más que mis recuerdos que,
ya no duelen y hasta tu figura se marcha difusa.
Ya no quiero ni, que en ellos, te des la vuelta.
Sigue, sigue andando que yo ya no estoy para ver como desapareces.

...Que extraño el tiempo...

...Va a ser verdad que "todo lo cura".



lunes, 6 de febrero de 2017

De mujer a mujer (Eres suficiente. Parte II)

No mereces la esclavitud.
En ninguna de sus formas tácitas,
y tampoco aquellas que son sutiles,
que no sabemos cómo o cuándo llegaron,
y menos, cómo todas, de alguna manera,
entramos.

No mereces sentirte bien cuando aparentas menos edad,
o cuando adulan tu cintura
y la última tendencia que llevas puesta.

No mereces entrar en ese juego,
la más herida eres tú,
poniendo tu valía personal fuera de tí,
en todo lo que perecerá y cambiará.

No mereces que te valoren así,
por el dinero, el vestido o tu apariencia perfecta.
Nadie lo merece, pero dejamos que lo hagan,
entrando en ese sádico juego.

No mereces dar credibilidad a críticas así,
no eres una marca, ni un zapato, ni una talla.
No lo creas, sal de aquello,
de esa trampa superficial
y dependiente de los gustos de los demás.

Mereces que te quieran en pijama y sin pintar,
o como tú quieras estar,
por tu esfuerzo y tus ganas,
por poner empeño en lo que haces,
por reírte y llorar,
por vivir sin fingir.

Plantemos cara a ese mundo inerte y frívolo,
hagámonos el favor de querernos nosotras,
no poniendo en manos de los demás,
nuestra autoestima y nuestra vida.

Porque somos válidas,
sin necesidad de que lo digan,
cuando, además, sentencian
desde su rasero más mezquino.

Hagámonos el favor.
Querámonos
con todo
lo que somos.



jueves, 2 de febrero de 2017

Eres suficiente

Eres suficiente.
Que nada haga tambalear tu cimiento,
no des ese derecho a nadie.

Eres suficiente,
no te hace falta ni un gramo más, ni uno menos.
Eres suficiente, tal cual eres tú.
Así, sin cambiar un poro.

Eres suficiente,
aparta los miedos y la vergüenza
a lo que piensen los demás
y despreocúpate.

Eres suficiente,
no te hace falta buscar la aprobación,
ésa que pasa por fingir qué eres otra,
por intentar agradar,
para que te quieran.

Eres suficiente.
Mereces amor. Sin más y con todo.

Eres suficiente así, con tu pelo fosco,
tu sonrisa, tu ceño fruncido,
tus vaqueros y tu chándal,
tus uñas rotas, tu cansancio,
tu ojo sin pintar, tus pies planos,
con tu enfado y tu sarcasmo.

Eres suficiente, con lo que sabes
y con lo que aprenderás,
con todas tus virtudes y defectos.

Eres suficiente, cuando te muestras vulnerable
y cuando sabes elegir con quien compartirlo.

Eres suficiente cuando dudas, cuando lloras y te derrumbas,
cuando te plantas y te atreves a decir que no,
y hasta cuando alguien puede sentirse decepcionado contigo.

Eres suficiente,
cuando amas,
cuando apuntas alto (y bajo también),
cuando te equivocas y cuando aciertas.

Eres suficiente, siempre.
Tu valía la llevas puesta constantemente.

Eres suficiente, no lo dudes más.

Todos ellos también lo son.







miércoles, 1 de febrero de 2017

Mis palabras favoritas

En el intento humano de controlarlo todo, se hizo el diccionario.
Posiblemente su objetivo fuera ayudar a entendernos, 
compartiendo significados de palabras, expresiones,... 
En ese intento humano,
se les pasó que las interpretaciones de algunos términos 
son bien diferentes de unos a otros,
que pueden ir cambiando los significados con el tiempo, 
la experiencia, las personas,... 
aunque en el libro, inmóvil, permanezcan. 

... Las personas cambiamos las palabras
Y mi persona eres tu...



Mirar cambia de golpe,
cuando son tus ojos los que buscan los míos,
y cuando me reflejas en ellos.
Mirar se revuelve y se excita porque la verdad es que
nunca nadie me ha mirado tan bonito.

Besar se da la vuelta
cuando se juntan nuestros labios,
porque todos los besos se quedan cortos,
cada vez que nos da por callar el ruido del mundo.

Ése, el que suena un poco basto, también, 
porque rompes muros y miedos cada vez, 
y logras, también, que cambie la acepción de tocar,
siendo la lanza con la que necesitaría la guerra, despertar.

Despertar si es a tu lado, aunque sea tan temprano,
ya no "duele" si, cuando me giro, 
doy con tu respiración y con tu espalda.
Y te beso a oscuras, sin que te despiertes.

Recordar, si de nuestras cosas se trata,
es sonreír y remar hacia mismo puerto.
Esperar que ya no lo es, porque estás.
Elegir ya no es opción, viene dado solo contigo.
Y volver gira 360º y es camino nuevo cada día, pero de tu mano.

Desear se multiplica a amar,
amar, -si se pudiera pensar el corazón-,
realmente,... somos tú y yo.



#CuandoDeAmarSeTrata
#Moratum
#CaminoDe19