miércoles, 28 de marzo de 2018

Pido la vez

Hago saber que
pido la vez a la vida.
Apártense quienes la pedís también
y dejarme hueco, que me urge.

Pido la vez a la fuerza,
al genio de la lámpara,
a que vuelvan tu risa
y tus ganas.
Y se lleven la tristeza.

Pido la vez,
y no me frenéis,
a empeñar si hace falta
mi alma,
porque vuelvas
como estabas.

Pido la vez a la paciencia,
la que me falta.
Que me pare, me frene
y me ofrezca la posibilidad,
de verte el corazón
sin que lo escondas.

Pido la vez al café,
al comer con ganas,
al beber con sed
y a que puedas disfrutarlo.

Pido un poco para mí
y un mucho para ti.

Pido que todo salga,
y que venga la suerte a tu espalda.

Por pedir,
por pedir que no quede.

domingo, 25 de marzo de 2018

Sin poder alguno

Siempre ha estado conmigo
y lo he llevado muy dentro.
He crecido entre él
teniéndolo por todos lados.

Ha campado a sus anchas
sin yo verle algunas veces.
Ha guiado mis pasos
aunque yo lo haya rechazado.

Gracias a él hoy siento así
y por él también me duelo mucho.

Hablo del amor.
Que hace desear el bien,
apartar el sufrimiento,
quitar todas las penas,
besar y abrazar
sin descanso,
porque no sabes cuándo
ya no podrás hacerlo.

De ese amor
que te acerca si te dejan,
que se deja querer
y tiene miedo.

Ese, ese amor
que la vida empieza a quitarte,
y te ahueca el pecho
disparando directo
al corazón.

Y duele,
como nunca antes
se había dolido.

jueves, 22 de marzo de 2018

Prioridades

Hay que ver cómo es la vida,
que lo mismo que te da,
te quita.

Lanza rayos a dianas,
cambia toda prioridad,
abre tu pecho en canal
o escupe fuego sin bondad.

Te muestra lo importante,
cuando empieza a flaquear.
Dispara directa a tu debilidad
y cuestiona tu estabilidad.

Llama tu atención
y descubre que no tienes poder alguno.
Por mucho que tú quieras,
ella puede más.

Rachas buenas o malas
años pares o impares,
números de la suerte,
nada vale.
La vida echa las cartas a su antojo
con su justicia que no lo es,
porque nadie quiere sufrir.

Puedo escribir a la vida
sin entenderla,
puedo agradecerle a veces
y demonizarla otras,
pero, ¿para qué?.

Y por qué le escribo a ella
y hablo de mí,
cuando en realidad
estoy llena de ti
pero no salen las palabras,
para vaciar el hueco
que ahora mismo tengo
dentro.

miércoles, 21 de marzo de 2018

V é r t i g o

Vértigo a los pensamientos.

Vértigo a tu vértigo
y al de los demás.

Vértigo a lo desconocido.

Vértigo a los miedos.

Vértigo a perder.

Vértigo a la soledad.

Vértigo a la vida así.

Vértigo al vacío y a la pena.

Vértigo a que caigas.

Ahora sé bien lo que es el vértigo,
que llega nublando e inundando
t  o  d  o.

Te hace torpe
débil, inestable,
difusa, temerosa
y demasiado f r á g i l.

Intento hacerme una idea
del vértigo que sientes tú
y no puedo.
Pero agarro tu mano fuerte
y vamos dónde sea.

Igual la vida es vértigo
y yo no lo sabía.
Así que,
me quejo.

martes, 20 de marzo de 2018

No quiero ser juez

El dolor es injuzgable,
liberado de condena,
absuelto de pecado,
unanimidad en su inocencia.
¿O no?

Sin embargo,
nos disfrazamos muy rápido,
nos ponemos la toga y
cogemos el mazo
cuando alguien vuelca su pesar.

Escuchamos y sentenciamos.
   Lo que tienes que hacer es...
   No es para tanto...
   Si yo cuando...
   Te entiendo, pero...
¿Para qué quedarnos en lo primero?

En nuestra cara
el cartel de sanadores,
necesidad imperiosa de creer
que ayudamos más así.

Igual podemos pensar
(o incluso preguntar),
si la persona que tenemos al lado,
solo busca un hombro
y una mano que le coja fuerte,
y le diga, no estás solo,
yo te acompaño.

Sé que a veces hablo en tercera persona,
para que no me escueza tanto.

Hay que ver
lo que cuesta aprender.
Menos mal
que, aunque tarde,
aprendo.

domingo, 18 de marzo de 2018

El laberinto

Derecha,
recto,
un giro a la izquierda.
Doy con la pena y
nada más.

Vuelvo atrás,
echo piedras para saber
que pasé por ahí.
Voy al otro lado,
giro, pero no.
Mi miedo y nada más.

Pruebo ahora por la derecha,
rodeo paredes,
me encuentro con mis piedras.
Voy, vuelvo, corro.
Jadeo, lloro, grito,
miro a todos lados,
me canso y reanudo la marcha.
Pero no.
El vacío y nada más.

A veces solo puedo ver
el vértigo que da no encontrar
salida
al laberinto
en el que se ha convertido tu vida.

A tu alrededor
también luchan con su laberinto
y la esperanza
de encontraros
y ayudaros.



viernes, 16 de marzo de 2018

Caída libre

Caes
y no puedes ver el fondo.

Caes
y sabes que no será en blando.

Caes
y te gustaría no darte cuenta del golpe.

Caes
y el vértigo se hace más grande.

Caes
inevitablemente,
sin saber cómo será el estruendo,
si podrás recomponerte
o si recuperarás el aire.

Caes y asusta.
Yo solo quiero tu mano
y acompañarte mientras caemos.

Caes
y caemos todos.
Porque amar es así
y no se puede,
ni se quiere,
evitar.

Aunque 
d  u  e  l  a
tanto.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Que sea fácil

A mis años
y con lo que la vida
me ha dejado aprender:
quiero cosas fáciles.

Sin faltas de aire
sin punzadas en la sien,
sin pesadillas
y con la conciencia tranquila.

Si depende de mí,
que sea fácil.
Camino llano, pocas piedras
y sin demasiados nubarrones.

Porque ya se encarga el rumbo
de arrimarte lo difícil,
de quitarte los sueños
y traer finales.

De dolerte mucho,
de poner la tristeza por bandera
sin posibilidad de recogida,
que te vacía.

Así que lo mío,
quiero hacerlo fácil.
Y si sé, hacértelo
más
fácil
a ti.

sábado, 10 de marzo de 2018

El juego

Vaya juego macabro éste,
el de los que persiguen,
los perseguidos y los hallados.

El de los malos contra los buenos,
los que se creen buenos
y los que ni son lo uno ni lo otro.

Vaya juego macabro,
el de los niños que no vuelven a su casa
y el de sus padres que los lloran.

El de las mujeres, que asustadas
miramos siempre a la espalda,
al caer la noche y regresar.

El de la mujer asesinada
que ya no verá a nadie crecer.

El de las niñas que quedan embarazadas
y el de las mujeres que, aunque quieran,
no van a poder engendrar.

El de empezar a despedirte
aunque no sepas cuándo tendrá lugar.

El del vacío por dentro
que no consigues llenar.

Y el de tantas cosas
que no soy capaz de explicar.

Vaya reglas macabras tiene esta vida
que cuando empiezan a jugar,
no ves la posibilidad de parar.


miércoles, 7 de marzo de 2018

Crecer así, una suerte.

Si pretendo hablar de amor
tengo que nombrarle
porque es el amor entre amores.

Es hablar de cuentos:
de un cachalote herido
que reencuentra a su familia
o de dos niños que aprendieron
a valorar lo que tenían.
Hablo de la voz 
con olor a tabaco negro,
que me dormía a golpe de historias.

Es hablar del portero de mi vida,
en el juego y en la realidad,
porque me ha parado muchos daños. 

Es hablar del apoyo,
de las palabras de ánimo
y de no olvidar la realidad.
Del esfuerzo,
del coraje y de la fe 
que se dan la palma,
en su mano.

Es hablar de acompañar,
de hacer todo a fuego lento,
de sufrir sin que lo notes,
de querer sin condiciones.

Juega las cartas que le tocan
con sus temores a cuestas,
sin dejar de lado los tuyos.
Es admiración y ejemplo,
fuerza, fidelidad y principios.

Cada vez que intento
hablar de mi padre
toda palabra que uso
resulta pequeña a su lado.