Me he cruzado hoy
con un montón de supervivientes,
que no solo sobreviven
a la vida que no les sonríe,
que no les brinda muchas razones
para sonreír.
Escuchaba al que dice
mendigar cualquier trabajo,
que no le duran más de 6 meses,
alarmas, libros,... el alma al diablo,
si falta hiciera.
Su coche, se le ha roto.
No lo puede arreglar
y su mujer tampoco lo tiene fácil.
Quiere que sus dos hijas tengan todo,
pero "todo" es muy exigente
y no llegan.
Sale muy pronto y llega muy tarde,
al beso rápido de buenas noches.
Ella, resignada, quisiera trabajar
y no agotarse sólo de la casa,
de las cuentas que no salen
y de tanto pensar.
Y ellos, cuando les hablan
de la salida "de la crisis",
quisieran cambiarse por quien lo afirma,
tan solo unas horas.
Y que vivieran en sus carnes,
lo que les cuesta poder comer
algo más nutritivo que la pasta.
A los que dicen que ya no hay crisis,
les pediría silencio,
porque hay demasiado superviviente,
que necesita de todo,
menos palabrería.
viernes, 29 de septiembre de 2017
jueves, 28 de septiembre de 2017
Llévate tus restos
Foto de Ingrid Hoppe |
muestra valor para
mirar de frente mi dolor,
las cuencas de mis ojos desbordadas
y mis trizas por corazón.
Siempre te fue fácil
mirar para otro lado,
tirar la piedra sin que te vea,
esconder las manos que no me acariciaron,
y los ojos que no fueron capaces
de mostrar el mínimo consuelo.
Lo sencillo, huir de mí
y huir-te de ti mismo,
y hacer como si no pasara nada
cuando el huracán ya había arrasado.
Mírame,
y ya no vuelvas.
Y mírate tú antes de hablar de mi.
Porque en esta historia,
que nunca ha sido,
yo he dado más de lo que podía,
quedándome vacía.
Y tú, te lo has guardado todo.
Ya que no me miras,
devuélveme a mí,
y márchate.
martes, 26 de septiembre de 2017
El mensaje subliminal de los días
El olor a tierra mojada.
Tu mirada.
La risa de un niño,
su abrazo espontáneo,
y verle dormir.
El aroma del café recién hecho.
Que me busques.
El beso de una madre
y su vientre siempre a punto
para que te recuestes.
El color del otoño.
Tus caricias.
Notar el peso de la manta
y estirarte al entrar en la cama.
Ver cómo sale el sol
y la grandeza con la que se despide
al caer la noche.
Tus besos.
La ducha, después de hacer deporte.
El olor a nuevo
y oler tu cuello.
Gritar tu canción.
Quitarse los zapatos al llegar a casa.
Y, de paso, todas las caretas.
Que el espejo te hable bien.
Que me agarres fuerte.
Los segundos antes de dormirte.
Seguir respirando.
Que algo te regrese a la infancia.
Que yo te guste.
Un vaso de agua fría.
La toalla al salir de la piscina.
Morder una manzana.
Hojas que se amontonan con
las luces de las estaciones.
Las carcajadas.
Que te sorprendas.
La montaña subiendo pasito a pasito.
Sin prisas de nada.
Llegar al quinto piso por las escaleras.
Tener qué comer.
Y comerte a besos.
Que el destino haya llegado a la meta
con nosotros.
A veces, de forma subliminal,
pasan estas cosas desapercibidas,
y quiero notar cada vez,
cómo me brota la VIDA en ellas.
Tu mirada.
La risa de un niño,
su abrazo espontáneo,
y verle dormir.
El aroma del café recién hecho.
Que me busques.
El beso de una madre
y su vientre siempre a punto
para que te recuestes.
El color del otoño.
Tus caricias.
Notar el peso de la manta
y estirarte al entrar en la cama.
Ver cómo sale el sol
y la grandeza con la que se despide
al caer la noche.
Tus besos.
La ducha, después de hacer deporte.
El olor a nuevo
y oler tu cuello.
Gritar tu canción.
Quitarse los zapatos al llegar a casa.
Y, de paso, todas las caretas.
Que el espejo te hable bien.
Que me agarres fuerte.
Los segundos antes de dormirte.
Seguir respirando.
Que algo te regrese a la infancia.
Que yo te guste.
Un vaso de agua fría.
La toalla al salir de la piscina.
Morder una manzana.
Hojas que se amontonan con
las luces de las estaciones.
Las carcajadas.
Que te sorprendas.
La montaña subiendo pasito a pasito.
Sin prisas de nada.
Llegar al quinto piso por las escaleras.
Tener qué comer.
Y comerte a besos.
Que el destino haya llegado a la meta
con nosotros.
A veces, de forma subliminal,
pasan estas cosas desapercibidas,
y quiero notar cada vez,
cómo me brota la VIDA en ellas.
Cada uno quiere como puede
Son dos polos opuestos,
que saltan si se acercan,
soltando las chispas
sin importar lo que arda.
Estos polos opuestos
hace demasiado
que dejaron de atraerse.
Se saben peligrosos,
e incómodos por los años
y por los daños causados.
Son dos polos opuestos,
de los que yo sé muy poco,
solo intuyo lo que sus bocas callan
y lo mucho que pesan sus espaldas.
No han tenido otra opción.
No se pudo reiniciar
cuando los calambres
empezaron a llegar.
No pueden encender la tregua,
demasiado reproche acumulado,
exigencia y cansancio
que ya no llegan ni a alumbrar una vela.
A estos polos se les acabó el vino
y las rosas que marchitaron,
no volvieron a crecer.
Sabiendo lo que hay,
estos polos se aguantan
de la mejor manera que pueden.
Y se cuidan a su manera, cuando se desvelan.
Están y no se plantean no estarlo.
Pero,
a ellos, que poco se dicen,
se les encoge el alma,
cuando temen
la vida sin el otro.
Y yo, ingenua y desconocedora,
mejor me callo y me trago la llave mágica
de tratar de arreglar los rotos,
y me pongo con los míos.
Foto: Merkaba
que saltan si se acercan,
soltando las chispas
sin importar lo que arda.
Estos polos opuestos
hace demasiado
que dejaron de atraerse.
Se saben peligrosos,
e incómodos por los años
y por los daños causados.
Son dos polos opuestos,
de los que yo sé muy poco,
solo intuyo lo que sus bocas callan
y lo mucho que pesan sus espaldas.
No han tenido otra opción.
No se pudo reiniciar
cuando los calambres
empezaron a llegar.
No pueden encender la tregua,
demasiado reproche acumulado,
exigencia y cansancio
que ya no llegan ni a alumbrar una vela.
A estos polos se les acabó el vino
y las rosas que marchitaron,
no volvieron a crecer.
Sabiendo lo que hay,
estos polos se aguantan
de la mejor manera que pueden.
Y se cuidan a su manera, cuando se desvelan.
Están y no se plantean no estarlo.
Pero,
a ellos, que poco se dicen,
se les encoge el alma,
cuando temen
la vida sin el otro.
Y yo, ingenua y desconocedora,
mejor me callo y me trago la llave mágica
de tratar de arreglar los rotos,
y me pongo con los míos.
Foto: Merkaba
viernes, 22 de septiembre de 2017
Adivina, adivinanza. ¿Qué es?
Adivina, adivinanza.
Así lo vivo yo.
¿Sabrás de lo que hablo?
... Es punzada en mis carnes si te dueles,
es pensarte mucho, bonito y bien.
... Es la calma en tu mano
y es paz mundial brotando con tu abrazo.
... Es paciencia mutua,
el elegir callar,
a pesar de "tener" tantas cosas que decir.
... Es querer que estés bien
y estar más a tu lado si tropiezas.
... Es gustarme más si tú me miras,
es mirarte y que me gustes más.
... Es pensar qué hacer para que sonrías
y plantes cara a la rutina,
conmigo.
... Es saberse imperfecto,
y con la verdad,
de nada.
... Es presente y querer un corazón
más grande para que quepas más.
... Son los paseos colgada a tu cintura,
como antídoto cuando me revuelvo.
... Es respetar cuando se necesita soledad,
sin notarte temblar los miedos.
... Es compromiso sin esposas,
libro abierto sin final,
raíces que echamos a crecer.
...Es compartir tu bien,
con el que antes era solo mío.
... Es el corazón que late,
más contento desde que estás.
... Es aceptar lo que no se puede cambiar,
darle la vuelta, mirarlo y darle otra oportunidad,
y quererlo si forma parte de ti.
... Es tu piel que revoluciona,
si me toca.
... Es decisión firme,
y hacerla fuerte cada día.
...Es locura y dosis de cordura,
cable a tierra.
... Es elegir.
... Es elegirte.
...Y que me elijas.
¿Sabes de lo que hablo, amor?
Ups, ya se me escapó.
miércoles, 20 de septiembre de 2017
Explosión de verdades
Foto: Abismo y Paraíso |
cada día que pasa, un poco más.
La verdad es que a todos nos llegará.
La verdad es que no sabemos,
cómo ni cuando,
si dolerá, si sufriremos,
si vendrá un ola o un huracán,
un temblor, una bomba,
un choque, una piedra,
una caída, la mala pata del rayo,
el agua, la enfermedad...
O cualquier otra cosa que obligue
a cruzar al otro lado.
La verdad es que cada día que despertamos
es milagro,
porque hay muchas personas que ya no lo hacen.
El que se queda sufre, pero el que ya no sentirá
más la arena en los pies, es quien se va.
La verdad es que pensando esto,
me quiero enganchar más a la vida.
Quiero abrazar, aceptar y sentir.
Que cuando caiga la noche, haya valorado lo vivido.
Que cada noche valore lo sentido.
Que al llegar la noche me haya cuidado y querido.
Que no llegue la noche y no haya valorado, también, lo sufrido.
A fin de cuentas, lo sufrido, también es vivido.
La verdad es que sé que las rosas no serán eternas,
que no olerá a café recién hecho siempre,
que la felicidad depende del concepto que se tenga.
La verdad es que me siento revuelta,
cuando siempre quiero más de lo que tengo,
cuando envidio lo superficial,
cuando me engaño diciendo que ya vendrán mejores,
cuando anhelo lo que no llegará.
La verdad es que la vida,
echa las cartas a su antojo,
y no es justo.
La verdad es que aceptar no es resignarse,
Es concienciarse y saberse efímero
y poco importante.
Y sentirse a la vez el rey del ahora,
capaz de tomar decisiones,
para no sentir que lo pierdes.
La verdad es que te quiero.
La verdad es que quería escribírtelo.
lunes, 18 de septiembre de 2017
No tengo prisa
Se acabó la impaciencia
de quererlo todo rápido,
de la espera ansiosa de lo próximo,
y de saltar de un jardín a otro,
sin apenas mirar.
La urgencia de los besos está desterrada
con el apremio por mudar de bocas.
Se marcharon junto a las intenciones de no quedarme.
Llegó el fin de la premura por sumar ombligos,
y por los rituales que establecí
como caretas a mi soledad.
Ya no hay carreras por contar primero,
ni por hacer cuentas de los huecos que dejaron,
aunque a veces, no lo niego, les de una vuelta.
El pasado tiene aliño sabroso,
que hoy es explosión sin metralla.
Ya no sé lo que es atropellar a la mañana,
ni la huida.
No me dicen ya hablaremos,
ni yo digo, si eso, si eso ya nos vemos.
Se esfumó la prisa de la noche
de pasar rápido por lugares ajenos.
Entró en mi vida, la calma
de aprenderte poco a poco.
Lentamente y sin cansarme,
pues nunca es suficiente.
Desde que llegaste,
te has llevado el ansia
de pasar fugaz por otras vidas.
Y, es, en la tuya
donde he encontrado un hueco,
imperfectamente perfecto,
hecho a mi medida,
para quedarme.
de quererlo todo rápido,
de la espera ansiosa de lo próximo,
y de saltar de un jardín a otro,
sin apenas mirar.
La urgencia de los besos está desterrada
con el apremio por mudar de bocas.
Se marcharon junto a las intenciones de no quedarme.
Llegó el fin de la premura por sumar ombligos,
y por los rituales que establecí
como caretas a mi soledad.
Ya no hay carreras por contar primero,
ni por hacer cuentas de los huecos que dejaron,
aunque a veces, no lo niego, les de una vuelta.
El pasado tiene aliño sabroso,
que hoy es explosión sin metralla.
Ya no sé lo que es atropellar a la mañana,
ni la huida.
No me dicen ya hablaremos,
ni yo digo, si eso, si eso ya nos vemos.
Se esfumó la prisa de la noche
de pasar rápido por lugares ajenos.
Entró en mi vida, la calma
de aprenderte poco a poco.
Lentamente y sin cansarme,
pues nunca es suficiente.
Desde que llegaste,
te has llevado el ansia
de pasar fugaz por otras vidas.
Y, es, en la tuya
donde he encontrado un hueco,
imperfectamente perfecto,
hecho a mi medida,
para quedarme.
viernes, 15 de septiembre de 2017
Dime Luna
Cuando vigilas la noche
y los corazones reposan,
solo tú puedes conocer
lo que esconden las miradas
y lo que las espaldas cargan.
Quería yo preguntarte,
cómo duermen los que dañan.
¿Acaso pueden dormir a pierna suelta,
sin martillo por conciencia?
¿Acaso la tienen?
Me gustaría saber,
si tienes tú a bien contarme,
qué hay en el fondo de su alma,
sus razones dañinas
para romper corazones,
para acabar con la vida
o tratar como basura a otros.
¿Encuentras resquicio de bondad?
Y madre, ¿tienen?
Te lo pregunto,
porque no alcanzo a entender.
No puedo evitar comparar,
al no ser capaz de dar tregua a las sábanas
si existe ínfima mosca,
que resuene en las entrañas
y que altere el ritmo de la sangre.
No hallo descanso,
cuando me siento injusta,
juez sin cargo,
y me equivoco.
Imposible hallar descanso
si existe nudo en mi tripa.
Luna,
¿tendrían cura sus almas?
¿Y por qué le dedico tiempo a esto?
martes, 12 de septiembre de 2017
Tengo una hermana
Tengo una hermana
que se regala,
y como envoltorio
lleva puesta la generosidad.
Quienes lo abrimos, encontramos
estallido de bondad
y una sonrisa capaz de iluminar,
ella sola y a la vez,
la torre Eiffel
y las cuatro de Madrid.
Todo lo que pides, lo concede.
Olvidándose de ella.
Es fortaleza en cuerpo frágil,
un "yo puedo con todo",
aun cuando "todo"
le implica donarse, entera si hace falta.
No pide cuentas
y atiende a cada necesidad
de todos los que tiene cerca,
dejando las suyas,
para cuando se pueda,
para cuando tenga un rato,...
que nunca llega.
Tengo una hermana,
que salva los mundos,
que siempre abre los brazos.
Y nunca pide que se los abran.
Soluciones para todos
en tiempo récord.
Sin minutos para ella.
Tengo una hermana,
con muchos roles en uno,
a la que adoro.
Es el amor de cara,
que cuando lo ves,
te prenda.
Mi hermana es así,
es feliz dando.
Y yo la quiero tanto,
que mi miedo es,
que de tanto regalarse,
no le quede un hueco,
para ella misma.
*La foto ha sido cogida del siguiente enlace
que se regala,
y como envoltorio
lleva puesta la generosidad.
Quienes lo abrimos, encontramos
estallido de bondad
y una sonrisa capaz de iluminar,
ella sola y a la vez,
la torre Eiffel
y las cuatro de Madrid.
Todo lo que pides, lo concede.
Olvidándose de ella.
Es fortaleza en cuerpo frágil,
un "yo puedo con todo",
aun cuando "todo"
le implica donarse, entera si hace falta.
No pide cuentas
y atiende a cada necesidad
de todos los que tiene cerca,
dejando las suyas,
para cuando se pueda,
para cuando tenga un rato,...
que nunca llega.
Tengo una hermana,
que salva los mundos,
que siempre abre los brazos.
Y nunca pide que se los abran.
Soluciones para todos
en tiempo récord.
Sin minutos para ella.
Tengo una hermana,
con muchos roles en uno,
a la que adoro.
Es el amor de cara,
que cuando lo ves,
te prenda.
Mi hermana es así,
es feliz dando.
Y yo la quiero tanto,
que mi miedo es,
que de tanto regalarse,
no le quede un hueco,
para ella misma.
*La foto ha sido cogida del siguiente enlace
domingo, 10 de septiembre de 2017
La letra pequeña
Foto de Ingrid Hoppe |
que no existe flor
que sobreviva a la sequía
y que no hay latido igual
para un corazón dolorido.
Me estalló de golpe la vida,
y oía de lejos:
"haz lo que puedas con ella.
Ya irás descubriendo la letra pequeña"
Se lo callaron y me lo ocultaron,
quizá para que no me pusiera en huelga,
para que no le diera opción a crecer.
¿Por qué se aprende cuando duele?
¿Por qué golpea la vida
prendiendo el corazón?
No me contaron que avanzar
deja estelas imposibles de borrar,
que amar convive inevitablemente con dolor,
que el pasado no se va,
que aunque ya no te quiera, sigues.
Que si buscas, encuentras,
pero no garantiza que no te rompa.
Que lo que quieres no siempre se logra,
y que no siempre quien quieres que te ame, lo hará.
Que las palabras corren más que los hechos
y que no hay justicia capaz de hacerse a sí misma,
mientras sigamos haciéndola nosotros.
Sin preguntarme si quiera,
me obligaron a aprender,
que pagaremos la misma factura,
que vivir es aceptar y ver morir,
Y seguir, como si todo y pese a ello,
la vida.
¿Qué puzle queda igual?
¿Acaso hay vida que se tape a sí misma?
Sin certezas ni respuestas,
llevo tiempo viendo,
que tú has llegado
a dar luz a lo feo que depare
este camino.
Que en tu compañía
mis tragos pasan
sin lograr ahogarme.
Que en mi letra pequeña estabas tú
y que haces mejor mi vida.
miércoles, 6 de septiembre de 2017
Reviéntame
Reviéntame,
venga, hazlo de nuevo.
Como ya supiste hacer.
Reviéntame las alas
y la fuerza de mis ganas,
con el adiós nauseabundo
de la huida repentina.
Reviéntame las manos,
que esperaban un anillo.
De paso, ya que estás,
reviéntame el pecho
que se sale por la boca
cuando caes, con la suerte,
al otro lado del teléfono
y estás "escribiendo".
Reviéntame la inocencia,
de esperar que el vaivén del viento,
te siente en mi cocina,
con un buen vino,
y la cesta de la ropa sucia,
llena de tus faltas.
Revienta el mar,
que se me sale por los ojos,
cada vez que ese "te lo dije"
se cumple, y no aprendo.
Venga, si revientas todo esto,
se que no quedará rastro alguno.
Y prendamos fuego a todo,
ayúdame a extinguir todo atisbo
de brasas; que todo quede en cenizas,
y las pueda esparcir lejos.
Ya no hay primavera.
Y si algo queda, llévatela.
Cómo van a salir rosas,
en el constante invierno
de las venas.
¿Lo harás por favor?
Ya desisto en retenerte,
y en mis ganas.
Sin nada, me despido.
venga, hazlo de nuevo.
Como ya supiste hacer.
Reviéntame las alas
y la fuerza de mis ganas,
con el adiós nauseabundo
de la huida repentina.
Reviéntame las manos,
que esperaban un anillo.
De paso, ya que estás,
reviéntame el pecho
que se sale por la boca
cuando caes, con la suerte,
al otro lado del teléfono
y estás "escribiendo".
Reviéntame la inocencia,
de esperar que el vaivén del viento,
te siente en mi cocina,
con un buen vino,
y la cesta de la ropa sucia,
llena de tus faltas.
Revienta el mar,
que se me sale por los ojos,
cada vez que ese "te lo dije"
se cumple, y no aprendo.
Venga, si revientas todo esto,
se que no quedará rastro alguno.
Y prendamos fuego a todo,
ayúdame a extinguir todo atisbo
de brasas; que todo quede en cenizas,
y las pueda esparcir lejos.
Ya no hay primavera.
Y si algo queda, llévatela.
Cómo van a salir rosas,
en el constante invierno
de las venas.
¿Lo harás por favor?
Ya desisto en retenerte,
y en mis ganas.
Sin nada, me despido.
lunes, 4 de septiembre de 2017
Mensaje en una botella
Desde el rincón de la locura,
de la sinrazón,
de la violencia,
de la fe perdida,
pido ayuda.
Mis coordenadas son
40º 25' 1.52''N;
3º 42' 14.02''O
Solicito rescate
y traslado a lugar seguro.
y traslado a lugar seguro.
Aquí se ha perdido el rumbo.
La gente buena llora,
se cansa y no tiene fuerzas.
Los malvados crecen.
Amenazan, se arman
Amenazan, se arman
y se hacen con cuchillos,
bombas, puñetazos, acosos,
abusos, cerillas
y todo tipo de veneno que
está acabando lentamente con
cualquier atisbo de cordura.
Y quien la tiene,
quien quiere querer y convivir,
no encuentra consuelo,
y se encierra en su burbuja,
pues si sale, corre el mismo riesgo.
Los malvados encubiertos,
también son más cada vez,
corruptos, falsos e hipócritas,
adinerados, ambiciosos sin límite alguno,
pérfidos dictadores disfrazados de demócratas.
Nos dividen en colores,
y nos dejamos dividir por ellos.
La plaga se extiende rápidamente.
La plaga se extiende rápidamente.
Aquí hemos cerrado la puerta al corazón
y creamos jueces y verdugos,
carentes de empatía y de verdad.
Me ahoga estar aquí,
Me ahoga estar así.
Por eso, pido rescate urgente.
Me quedaré quieta, para que pueda encontrarme.
Me quedaré quieta
para poder seguir siendo yo,
y que no me salpique tanta inhumanidad.
Aquí le espero. Gracias.
Siempre suya.
viernes, 1 de septiembre de 2017
Septiembre
Septiembre, no me engaño,
tiene un sabor extraño.
Es la vuelta al cole,
el fin del verano,
la cuesta del mismo,
el despertador, que suena otra vez
como costumbre semanal,
la salida del armario del jersey,
la noche que llega antes,
la nostalgia del Norte,
la cesta de la compra,
el adiós a las terrazas,
las despedidas,
la vuelta a la rutina
-si tienes suerte de que te guste,
menos dura será-,
la cara de siempre
-la pose por defecto-,
el ordenador durante horas,
el culo, en la silla
y los atascos.
Es la vuelta a todo aquello
de lo que, feliz, has estado lejos.
A la vez,
septiembre trae el otoño,
los colores bonitos,
atardeceres intensos,
el dormir mejor,
acostarte antes
y abrazarte más, es antídoto
para el frío.
Es la vuelta a los planes,
a ver a los amigos,
a las agujetas,
retomar las aficiones,
dar forma a todo lo que pensaste,
es seguir caminando,
poder soñar con el próximo destino,
con el próximo viaje,
que puede ocurrir sin moverte de tu sitio.
Es la vida,
con la suerte de que tu reloj sigue
haciendo tic, tac; tic, tac.
A fin de cuentas,
hoy, que empieza septiembre,
con lo bueno -y lo no tanto-,
es oportunidad
de estar y ser
aquí y ahora.
tiene un sabor extraño.
Es la vuelta al cole,
el fin del verano,
la cuesta del mismo,
el despertador, que suena otra vez
como costumbre semanal,
la salida del armario del jersey,
la noche que llega antes,
la nostalgia del Norte,
la cesta de la compra,
el adiós a las terrazas,
las despedidas,
la vuelta a la rutina
-si tienes suerte de que te guste,
menos dura será-,
la cara de siempre
-la pose por defecto-,
el ordenador durante horas,
el culo, en la silla
y los atascos.
Es la vuelta a todo aquello
de lo que, feliz, has estado lejos.
A la vez,
septiembre trae el otoño,
los colores bonitos,
atardeceres intensos,
el dormir mejor,
acostarte antes
y abrazarte más, es antídoto
para el frío.
Es la vuelta a los planes,
a ver a los amigos,
a las agujetas,
retomar las aficiones,
dar forma a todo lo que pensaste,
es seguir caminando,
poder soñar con el próximo destino,
con el próximo viaje,
que puede ocurrir sin moverte de tu sitio.
Es la vida,
con la suerte de que tu reloj sigue
haciendo tic, tac; tic, tac.
A fin de cuentas,
hoy, que empieza septiembre,
con lo bueno -y lo no tanto-,
es oportunidad
de estar y ser
aquí y ahora.
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