viernes, 31 de marzo de 2017

Reloj, contigo, me bato en duelo

Suena extraño lo que voy a pedir, lo sé.
No me juzgues, por favor,
y entiéndeme.

Acabo de coger mi número
para la subasta de sueños,
y quiero apostar fuerte,
al llegar mi turno.

Te pido, que me mientas,
más fuerte de lo hayas hecho alguna vez.
Que es urgente.

Miénteme, más de lo que puedas.

Dime, cariño, que todo sale bien,
que ganamos la partida,
y que no te vas.

Miénteme,
para que ya no duela,
para que seamos fuertes,
y no de pena.

Miénteme, por favor.
y vuelve a besar como antes,
que la luz de tus ojos no marche,
y que encienda más brillante, aún, al mirarme.

Miénteme, que yo lo imploro,
y, vuelve,
que ni pensemos en la despedida,
que corra la risa,
que pasen los años,
que marchen lejos los daños,
y el corazón esté a salvo.

Miénteme, hasta en mis sueños,
y hazme ganar la subasta,
sin empeñar el alma.

Miénteme, te lo suplico,
y
quédate.



Empatizo con sus ojos,
porque todos los días les pienso. 

miércoles, 29 de marzo de 2017

Instrucciones para sobrevivir a la ira -(a mi manera)-

No tocar.
Puede estallar en mil pedazos
y llegar, a destino no buscado,
en forma de dardos a diana,
dañando, con minúscula intención,
a quien nada lo merece.

No desplazar.
Una vez identificada,
cuidar, con sumo detalle, los movimientos.
Un único paso en falso, puede hacerla desatar.

No bromear con ella.
La risa de uno mismo
puede ser la mejor inteligencia.
Pero se debe elegir hora, minuto y segundo pertinentes;
de lo contrario, puede accionarse sin control alguno.

No sumar importancia.
La bola que aprieta el pecho, es.
Y tiene vida propia.
Cuidado al hacerla más grande,
puede enquistar y convertirse, rápido,
en avalancha que arrasa con todo aquel que ose,
respirar a su lado.

No liberar.
Ojo, este momento es más peligroso.
Saber que está a punto de estallar,
y que tu debilidad puede hacerte perder fuerza.
Intentar, en todo momento,
no agitar, temblar o apretar,
y, sobre todas las cosas,
procurar no detonar si hay ser vivo enfrente.
Menos aún si es alguien querido,
que las consecuencias pueden no tener retorno.

Se aconseja correr.
Elige un camino en soledad,
-a falta de parque de atracciones emocional-
y empieza a correr, hasta la extenuación y rápido.
Cada vez más rápido.
Cuando notes que la bola sube
y se hace más presente,
tanto que asfixia,
empieza a gritar,
muy fuerte, quédate sin voz.
Y si salen lágrimas,
déjalas correr también.

Frena ahora en seco.
Respira.
Repítelo.
Hasta que empieces a notar,
que la bola se reduce a pelota de ping pong,
luego a canica
y, por último, a arenilla de playa.

Recuerda bien estos pasos,
se aconseja repetirlos a menudo,
tantas veces como bolas aparezcan en el pecho.

Al fin y al cabo,
nuestra naturaleza animal,
y la ira que también lo es,
es
así.


lunes, 27 de marzo de 2017

Cómo eres por dentro

Tienes que verlo.
Tienes que verte.
Y sentir.

No de la forma en que te empujan a ser,
no cómo te empujan a hacer,
ni cómo esperan que hables,
ni tampoco cómo desean que no sientas.

Sólo al permitirte el viaje, lo descubrirás.

Dentro, tienes algo enorme,
con inmensa fuerza,
que, al brotar,
permite que la piel muerta resbale, a tiras*,
capa a capa y máscara a máscara,
para regenerar nueva, limpia y auténtica.

Dentro, tienes una tormenta,
en constate huracán,
capaz de arrasar con todo,
hasta contigo,
si no te atreves a hacerle frente.

Hacerle frente es darle permiso a salir
y no enmascararla con falsas poses.
Hacerle frente es, mirarte desde dentro,
sentirte, como pocos se atreven a hacer,
y quitar los ropajes al alma.

Hacerle frente es ser valiente,
como pocos se atreven a ser.

Puede que busques huir,
y pasar-te de puntillas
por este camino que arde.
Siguiendo como mueble,
nada emocional y muy pensante,
triste, con el corazón desconectado,
o peor, bala que daña y mata,
a uno mismo y a quien bien quieres, también.

Reconocerte en tus entrañas,
cogerlas con cuidado entre tus manos,
amarlas y no juzgarlas,
es empezar a ser libre,
sobre todo, contigo.

Puedes empezar ya, aquí y ahora,
siguiendo tus pasos,
que no son lentos ni rápidos,
sólo marcan tu ritmo único.

Lo único que necesitas,
para adentrarte en este camino sin fin,
es gozar de lugar seguro para hacerlo,
corazones limpios que si caes,
recojan, delicados, los pedazos.

Desnudarse así es ser vulnerable,
maravillosa delicadeza,
regalo para ti y para quien lo recibe,
es estar VIVO,
reconocerte,
y cambiarte.

Y hoy quisiera, que todo el mundo,
pudiera hacerlo.



*Símil de Laura, maravilloso. 
No están todos en la foto. 

Gracias a todos mis compañeros de la #EscuelaJamming
Gracias a #JoaquinTejada por saber guiarnos así.
#CursosIntensivos #CursosRegulares 
#AprendoSiempre
#PuraVida #RegalazosDeLaVida


viernes, 24 de marzo de 2017

La tres personas en la decepción: tercera, primera y segunda

La decepción, cuando llega,
se apodera y se hace quiste,
con la misma rapidez
que bajar una montaña rusa.

Agrandarla supone menos trabajo que entenderla,
pudiendo caer en lamernos la herida,
-esa dichosa manía-,
y retorcernos como gatos que lamen y relamen,
aunque, en este caso, sin éxito,
ya que hay heridas que no sanan con saliva.

Bien sabéis que es mi caso del que hablo,
y cuando caigo en este 'punto',
que es riesgo de ser de 'no retorno',
resuena la agudeza de mi padre
 -el más bueno entre los buenos-
que repite, con paciencia:

No esperes de las personas más de lo que pueden dar;
porque al hacerlo, quien se equivoca eres tú.

Aunque para entonces ya es tarde,
has re-caído en la trampa,
despidiendo otra parte de la inocencia,
dando con vidas vividas sólo por lo propio,
sin tener en cuenta lo ajeno y,
si sale más rentable pisarlo,
se
pisa.

Y ya está,
sin atisbo de remordimiento.

Ya es tarde, sí.
Y te juras que no te volverá a pasar.
Que aprenderás.
Que no esperarás más nada.
No darás por hecho bondad en los conocidos,
ni pondrás tu "común sentido" en sentidos ajenos,
y tampoco, buscarás que actúen cómo tu lo harías,
porque ellos no son tú
ni podrán ver con sus limitados ojos,
aquello que reflejan los tuyos.

Mientras esto llega, intentas deshacer el quiste
y aceptar lo que no depende de ti.
Te juras pisar más fuerte y defenderte mejor.
Los dragones seguirán acechando,
y estarás más preparada.

Al fin y al cabo tú tienes algo que ellos nunca tendrán,
pero no lo digas. Guárdalo. Que esto, no te lo arrebaten.

Y compártelo con quién lo merece,
con los que de verdad cuentas, y sumas.





miércoles, 22 de marzo de 2017

La suerte

Que me mires,
y dilaten tus pupilas.
Y que lo hagas,
hasta cuando yo no lo sepa.

Que, en mi fragilidad,
quieras apretar fuerte mi mano.

Que el consuelo llegue de golpe,
cuando encajo, perfecta, entre tus brazos.

Que me cuentes lo que escuece,
si se tuerce alguna cosa.
Y que yo haga lo mismo.
Con la calma que regala
el saberse querido.

Que manejes mis miedos,
sabiendo disfrazarlos y empequeñecerlos,
con la habilidad de hacerme creer que soy yo la fuerte.

Que me quites la excesiva importancia que me doy,
si creo caer sintiendo al mundo en contra,
cuando dices que 'esto también pasará',
y te emocionas conmigo.

Que me pintes de colores
aunque, a veces, insistan en colorearme de gris.

Que me llames bonita.
Que rías y, si es a carcajadas, mejor.
Que me busques y no tardes en dar conmigo.

Que nuestra cristalera sonría,
al dar los buenos días al son de la mañana.

Que se erice mi piel,
cada vez que rondas cerca.

Que te acerques,
porque sobran los motivos para hacerlo.

Que tus ojos me hablen tan bonito
como nunca otros han hecho.

Que seas lugar seguro,
hogar al que llegar
para salvarse.

Que te gusten los besos,
igual que a mí.
Y me beses
y te dejes.

Que me quieras,
con lo que soy 
y con lo que no seré,
también.

Que seas.
Porque eres destino. 
El mío.

La suerte, amor,
la suerte de mi vida,
no es otra sino TU.


#Moratum
#Caminode20
#GraciasPorQuedarte

viernes, 17 de marzo de 2017

El vaivén del corazón

Sin ti,
ya no existe la angustia
por verificar, cada segundo, el móvil.

Sin ti,
tengo el corazón ordenado,
y aquellos pedazos que estallaste,
están ya muy bien soldados.

Sin ti, soy.
Mejor versión que contigo,
dónde va a parar.
Si me vieras en el catálogo,
me pedirías para Reyes.

Sin ti, sonrío.
Ya no mido mis palabras,
ni pienso lo que dejo de decir;

- (no fuera a ser -que no fue-, que escapara
entre mis labios un te quiero y
no fuera a ser, que te fueras
otra vez -que sí fue-) -

Sin ti, que el pasado es caprichoso
y ha vuelto demasiadas veces.
- (lo que costó echar cerrojo) -.

Sin ti, por fin.
Sin ti, conmigo.
Sin ti, punto y aparte.
Sin ti, comienzos.

Y sin ti, llegó él.
Puro vendaval,
que puso 'patas arriba' la casa,
cuando supo abrir de golpe mis ventanas.

Con él, quiero la vida
Con él, confío.
Con él, amor.
Con él, sosiego.
Con él, deseo.
Con él, presente.
Con él, lo que venga.

Sin ti, ahora me doy cuenta, que todo.

Echo la vista atrás y no reconozco,
el tiempo que invertí para entender
que sin ti, mejor.

... La de guerra que me has dado.
Y eso que nunca fuiste...






miércoles, 15 de marzo de 2017

La búsqueda de colores entre tanto oscuro

Una, cuando crece, espera un horizonte limpio,
naturaleza infinita con muchos hayedos,
cascadas ruidosas y olores vivos,
hasta de colores.
Una, espera, vistas bonitas,
y un lugar tan seguro y protegido,
como los brazos de una madre.

También una, cuando crece, espera dormir a pierna suelta,
y nunca mirar atrás deseando rebobinar,
sólo avanzar firme y convencida,
sin lugar para la culpa y el miedo. 

Una, cuando crece, no piensa en sufrir,
ni en doler ni que la duelan. 
Tampoco, en lo que quedará un corazón despedazado,
y mucho menos en lo que costará recomponerlo.

Una, cuando crece, espera que "no ha lugar" para lo injusto,
que no tendrá que callar lo que no se debe.
Presiente un viaje sencillo,
y que el mundo bailará rápido o lento,
según el ritmo que siempre se desee.

Una, cuando crece, supone la muerte de lejos,
sólo para las vidas vividas, ancianas, ya muy cansadas.
Las despedidas, ocurren sólo en vidas ajenas,
como películas que nunca llegarán a estrenarse en la propia. 

Una, quiere todo, y sin embargo,
el cuento acaba cuando, un día,
aquella que crecía, se hace mayor.
Y se da cuenta, a golpes de realidad,
que duele.
Que el ser humano va sobrado de maldad,
en cualquiera de sus formas. 
Que lo divino, también arrebata, y se vuelve muy feo,
y que ni el ombligo propio
sabe de justicia.

Ya no hay paisaje, porque está contaminado,
suicidio de la humanidad,
Respirando odio a espuertas,
y señalando al diferente. 

Es así, como una, cuando crece,
empequeñece,
y se asusta,
al comprender que el mundo no es un lugar tan habitable.

Y entonces, una, hace lo que puede para ir pisando,
sorteando eses y esquivando lodos,
sin buscar ya grandes horizontes,
luchando por sellar, todo lo pequeño y bonito que le regalan,
debajo de la piel,
para que no se pierda,
para que no se olvide,
para que devuelva la fe,
cuando ésta ya está perdida.





domingo, 12 de marzo de 2017

Hilos musicales

La vida canta rock y canta ópera,
y su término medio podría ser el pop.

Cuando canta rock,bailamos.
Corremos, sin pausa, hacia ninguna parte,
sentimos el poder y al universo como aliado,
que nos permite creer que podemos actuar a nuestro antojo;
como el niño que hace, deshace y vuelve a rehacer el castillo de arena.
Sí, una y otra vez.

No miramos atrás, la ocupación es mirar hacia adelante.
Saltamos y gritamos
al son de la música que nos acompaña.
Qué maravilla, sí, cuando la vida,
nos canta rock.

--

Al llegar el momento de la ópera,
que siempre llega, ya sea lento o de un estruendo,
resuena con infinita fuerza.

Son los tenores quienes guían tus pisadas,
lentas, pensativas, que duelen.
Mientras Nessun Dorma resuena una y otra vez,
vuelves la cabeza, miras las huellas,
quieres aprenderlas, enmedarlas
y no olvidarlas.

Dicen que es bonito bailar la vida,
cualquiera que sea la música
que vaya guiando el caminar.

Ser capaces de bailar, también,
las veces que pellizca y hiere el alma,
aún con toda dificultad.

Porque ahora, aquí y en este instante,
es lo único que sabemos que sí tenemos,
aunque tampoco nos pertenece.

jueves, 9 de marzo de 2017

Alza el vuelo

Hoy, dueles.
Dueles por muchos motivos.

Dueles, por estar yéndote así,
Dueles, por la tortura que has pasado.
Dueles, por lo que dejas aquí.
Dueles, por todo lo que te quedaba
y que te han arrebatado.

Dueles, porque no, no es justo,
aunque la capa negra* así lo quiera.
Dueles, porque nadie merece irse así
habiendo padecido tanto.

Me dueles, y solo imaginarme tu dolor,
me estremece.
Tus pensamientos y temores, tu despedida.
Me dueles, al imaginar también su dolor,
el de las personas que se quedan,
viéndote partir.

La vida es muy puta*,
y en estos momentos se lleva la palma;
porque te la arrebata vilmente.

Dueles, cuando pretendo suponer lo duro que ha sido,
y cuando trato de entender cómo será tu túnel.

Dueles, porque te vas
y no deberías irte.

Dueles, sin más.
Por todo lo que tú te has dolido.
Se acerca tu momento de descansar.
Y el momento, sobre todo, de que se duelan ellas.

Porque, que sea esperado y anunciado,
no lo hace más llevadero.

Alza el vuelo, descansa y cuídanos.
Sobre todo a ellas.





* Entradas anteriores en el Blog.

lunes, 6 de marzo de 2017

Que acabe el cuento de la desigualdad hombre-mujer

No voy a descubrir novedad alguna
al decir que tú, hombre y yo, mujer,
somos diferentes por, y sólo por, naturaleza.
Aunque podamos cambiar y decidir sobre nuestro aspecto,
biológicamente, y sólo en esta forma, diferenciamos.

Ya sabemos que el cuento no fue así,
no nací de tu costilla
ni mordí primero la manzana,
ni, mucho menos te empujé a hacerlo a tí.
No nací para casarme, tener hijos contigo
y trabajar sola en casa.

No soy tu sierva, ni mi tarea es darte todo lo que pidas.
No soy la que ha de hacer siempre lo correcto y esperado,
ni soy tampoco la que te espera, con ganas, cuando quieres regresar.
Este cuento acabó gracias a la lucha
de valientes y comprometidas mujeres.

Pero aún hoy, aunque quiero pensar que cada vez menos, hay otro cuento...

Nací con necesidades, deseos,
sueños, inquietudes e intereses
exactamente igual de valiosos que los tuyos.

Con cuerpo, también como el tuyo,
para estudiar o trabajar en lo que me plazca
y no tener que demostrar constantemente,
que puedo hacerlo igual que tú.

Nací, cierto es, con la posibilidad de engendrar,
y por esa razón mi desarrollo siempre está en riesgo,
curioso que para engendrar hacen falta dos
pero para la sociedad al final solo soy yo.

Nací con la misma voz que tú,
y puedo alzarla también,
de la misma manera que puedes hacerlo tú.

No soy tu amenaza, la de nadie.

Nací también, si me dejan, para mandar,
organizar y dirigir personas y trabajos.
Puedo hacerlo igual que tú,
sin embargo, es más difícil que me tengan en cuenta.

Nací con los mismos derechos que tú,
y tengo derecho a tus mismas oportunidades,
pero no ocurre siempre así,
y tenemos todos, tú y yo, que seguir en esa lucha,
para que las niñas que hoy crecen,
las que trabajarán mañana,
no tengan que defenderse del sistema,
y de la desigualdad profesional y laboral.

Hagámoslo todos, para que ellas, y ellos también,
puedan ver el día en que ya NO sea necesario
tener un día de la mujer trabajadora,
si no que celebren la verdadera igualdad.

viernes, 3 de marzo de 2017

Nadie te enseña

Nadie te enseña
que la vida, duele.

Nadie te enseña,
cómo recomponer algo
que ya se ha roto
y lograr que quede intacto,
como si no hubiera volado por los aires.

Nadie te dice,
que por mucho que lo intentes,
no lograrás que quede igual,
si no que irás cosiendo, a fuego lento, parches,
débiles por momentos, que volverán a deshilacharse.

Nadie te enseña
qué hacer con el dolor del pasado,
que tiene la manía de acabar volviendo,
aunque sólo sea para recordarte que está ahí.

Nadie te enseña
que cuando creces no te haces más fuerte,
que valerse por sí misma ya duele
cuando te despides de la niña que,
en el fondo no quieres dejar de ser.

Nadie te enseña
a que un adiós no duela,
a que la indiferencia no haga mella,
a que no te duelan las prioridades de los demás
a que no mueras un poquito cada día.

Nadie te enseña,
a apreciar la vida;
en todos sus momentos,
aunque duela.

Nadie te enseña...
... y, sin embargo,
 solo tú
puedes
hacerlo.