miércoles, 23 de mayo de 2018

Quién puede salir de aquí

La otra noche, por fin,
dejamos todo claro.

Tras el vino,
tras lanzarnos los reproches
y compartir nuestro ego
en los parches que pusimos,
creyéndonos el bien que nos hicimos
al separar nuestros caminos.

Lo dejamos todo claro, sí.
Tras revolver la cama como entonces,
tras devorarnos con el ansia
de un tigre hambriento,
tras arrancarnos las tiritas
y rellenar cada hueco con mil besos.

Lo dejamos todo claro, sí que sí.
Al vestirnos y volver a despedirnos
y al notar cómo moría
otro trozo de corazón,
que nos decía,
que por esta vez,
podíamos haber hecho caso
a lo que nos dictaba la razón.

Lo juramos: no habría próxima vez
aunque los dos ya la esperábamos.

Quererse así es tocar fondo sin pisarlo
y esperar a que nos prenda la llama.
Pero nosotros,
nunca lo hacemos a la vez.
Si uno es fuego
el otro, agua que lo apaga
y, a la vez, si tengo sed
solo tu saliva la calma.

Que alguien me explique
cómo salir de este abismo
y de nuestra manía
de acabar siempre con nosotros
a fuerza de querernos
tanto y mal.

lunes, 21 de mayo de 2018

Del exceso de positivismo (o el 'flower power')

Es otra carga que
daña la espalda,
ataca al corazón
y empequeñece la razón.

Es un fantasma que persigue
que solo quiere que le sigas,
que tapes la penumbra,
los miedos, las faltas,
la tristeza, la ira,
la rabia, el dolor,
el día gris,
la lluvia,
la pena,
la nostalgia,
el invierno,...
y lo pintes todo,
de un brochazo,
de falsa sonrisa,
de arco iris,
de una engañosa alegría
que logre embaucar a todos,
que se contagien, como plaga,
y vean lo maravilloso que es,
esconderte en el estallido
del positivismo
que ni tú mismo te crees.

Sigamos haciendo lo que nos dicen,
sigamos enterrando lo que nos pasa,
sigamos negándonos por dentro,
sigamos con las puntillas como pies.
Y llegará el día que
no podremos manejar
tanta basura acumulada,
ni sabremos quiénes somos,
ni de nuestras huellas,
ni soportaremos el estallido
de un corazón que ya no bombea
de tanto que lo hemos aplastado.

Pienso que positivismo y optimismo
no son lo mismo.
Que el primero solo trata
de esconder el realismo.
Y me repito:
para, para un poquito,
que la sonrisa a veces sobra,
que quiero escucharme
para saberme entender,
aunque cueste.

Pero que no cunda el pánico.
Ante todo,
tranquilidad,
que siempre sale el sol...

viernes, 18 de mayo de 2018

La luna me mira

La luna me mira y sonríe
cuando tú y yo
enterramos el miedo
y la dejamos ser testigo
de lo bien que nos queremos.
Y me pide que baile.

La luna vigila
que no sepan a poco los besos
y que sobren los abrazos
para sostenernos con paz.
Y la oigo tararear nuestra canción.

La luna me mira
también cuando estoy sola
y me quiere columpiar
para que duerma,
aunque su fuerza acabe
antes de conseguirlo.
Y me dice que todo irá bien.

La luna me compadece,
si yo no lo hago.
Y cuando hace esto
ya no me sonríe.
Grita y veo su llanto.
Y me cuenta que:
"igual mañana, sí".

La luna me acompaña
cuando cierro los ojos
y en la soledad, duermo.
Vigía desde lo alto,
sin secretos para ella.
Y se despide,
por un rato.

jueves, 17 de mayo de 2018

Crecer no es asunto fácil

Ella enseña su rabia
para que la quieran.
Siempre más,
que nunca es suficiente.

Despliega su grito
y su pataleta,
alza su mano
y sus quejas.

No sabe expresar
que quiere más cariño,
aunque ya lo tenga todo.

Quiere su espacio,
busca gustar,
hacer las cosas bien
y que se lo digan.

Su hueco,
que no lo encuentra
porque siempre
hay alguien que se lo quita
(eso cree).

Y por eso golpea,
busca la atención
haciendo cosas,
que bien sabe,
no están bien.

Pero ella necesita
sentirse querida todo el rato
y de su parcela
ser protagonista.

Yo solo quiero abrazarla
y decirle lo bonita que es.
Contarle que aprender a vivir
no es cosa fácil.

Desde pequeños descubren
que querer y tener
no es lo mismo.

Y que querer siempre más
tensa demasiado la cuerda,
con riesgo
de que se rompa.

Ahora que lo pienso,
todo esto puede valer,
también, para nosotros,
que nos consideramos
adultos.

viernes, 11 de mayo de 2018

Rarezas de cumplir años

Recuento el calendario
cada vez que llega el día.
Dualidad normativa,
ley de mi vida.

Suerte de aquella siesta de agosto
que me deja contar mis primaveras.
Suerte de seguir creciendo
y de hacerlo con vosotros.

Me gusta celebrar la vida,
aunque si me sincero,
prefiero hacerlo cada día
en lugar del día 'obligatorio'.

No sé por qué,
ni yo misma lo entiendo.
A partes iguales: alegría y tristeza
y debiera ser todo la primera.
Soy igual que el día anterior,
que con un año menos
no me cuestionaba la vida.

Manejo cierta pena de no poder
volver a vuestros brazos
y vivir todo de nuevo
para exprimir más vuestros besos.

Crecer es que la vida pasa
y quisiera echar el freno.
Crecer, duda constante
y el acecho de mis miedos.
Exigencias, buscar todas las respuestas
sin tener nada claro las preguntas.

Es la consciencia
de la pena y la fiesta.
Echar de menos,
añorar.
Y alguna vez 'echar de más'.

Levanta la mano mi rareza
por tener sentimientos
que se chocan,
cuando el calendario me recuerda
que sumo un año más
a la experiencia.



martes, 8 de mayo de 2018

Enredaderas

Muerdo los miedos,
paro relojes,
anudo mis errores,
silencio todos los finales.

Busco el monte abierto,
quiero respirarte,
llenar de mariposas los cuerpos
que comienzan a agotarse.

Retuerzo vientres,
estrujo males,
grito silencios
y corro a tu lado.

No quedan uñas
para pasar el trago.
Trago que no consuela
al no poderse brindar.

Agito el corazón
que despierte.
Llega la hora de ser valiente.
Toda premura es poca
si se trata de quererte.

Prendo la cobardía,
aunque no vuelen sus cenizas.

Miro tus pasos,
te alcanzo
y camino a tu lado.
Es el lugar exacto
donde me quiero
encontrar.

Enredaderas de vida,
la tuya y la mía.




viernes, 4 de mayo de 2018

Contigo

Contigo,
que calmas males con abrazos,
que frenas lágrimas con tus dedos,
que compartes mi dolor en tu pecho
y mis ojos no necesitan pronunciarse.

Contigo,
que la risa suma doble
y las caricias se unen a la fiesta
en el recuento de las bazas ganadoras.

Contigo,
ya no hay tiempo de descuento
ni hay que echar freno a las ganas.
Contigo,
atino del destino,
buen trabajo el de Cupido.

Contigo,
mi pasado se hace justo,
los latidos se acompasan,
no hace falta la palabra
porque compartimos
c  o  r  a  z  ó  n.

Y en estas pruebas
que nos pone la vida,
menos mal que
estoy
contigo.