Cerrad más la boca,
abrid el corazón.
Todo aquello que creáis
que es interesante decir
guardároslo.
Me refiero por supuesto
a aquello que es negro,
que aterriza para restar alegría,
que anticipa lo que aún
no ha llegado
y es malo.
A todo aquello
que con boca pequeña
se escapa, entre dientes.
Nubes que siempre tapan soles.
Esos consejos
disfrazados de avisos
de que siempre
se puede ir a peor.
Dejad a las personas
disfrutar de lo dulce.
Que si ha de llegar,
ya llegará lo amargo.
No necesitan
anticipos
disfrazados de
espanta-ilusiones.
Esto que escribo
lo quiero aplicar
para ser consciente de
si lo que voy a expresar,
difumina algo el brillo
de quien tengo delante
y, entonces, mejor
no lo digo.
Por favor, os lo pido,
haced lo mismo
conmigo.