viernes, 20 de octubre de 2017

De mujer al mundo. Basta ya.

No es cuestión del sexo, no.

Mírame,
Soy igual que tú,
pero distinta.

Y tú, eres igual que yo,
pero distinto.

No soy una flor que regar,
No soy para enmarcar,
No soy para domar,
ni mucho menos para abusar.

Soy igual que tú.
puedo hacer lo mismo que tú,
exactamente igual.
Y estoy ya muy cansada
de la triple exigencia que se me hace,
para demostrarlo.

No soy la flor que regalar
tampoco de la que presumir,
ni la que encerrar en una urna
y no, no necesito tu persona para vivir.

No tengo tareas predefinidas,
por haber sido antaño socialmente apartada,
o por el hecho de poder traer nueva vida.
Ya no sé cómo decirlo,
que tú y yo podemos hacer lo mismo.

Dejad de haced lo que hacéis.
Soy mujer y soy igual que el hombre,
pero distinta.
Y el hombre es igual que yo,
pero distinto.

¿Tan difícil es de entender?
Sacad esas ideas de vuestras cabezas,
y empecemos de cero,
siendo distintos e iguales a la vez.

Somos todos personas,
y si nos cuidamos,
mejor.

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