¡Qué poco valorada estás!
¡Cuánto egoísmo el nuestro!
Que solo te lloramos,
cuando nos faltas.
Nos pasa igual con las personas,
para qué cuidarnos mientras dura,
si ya, ya echaremos de menos
cuando falten de nuestro lado.
Agua, tu ausencia, el castigo
que merecemos.
Malgastando sin límites
abriendo todos tus grifos
y subiendo la temperatura
hasta el cielo,
que hoy está
demasiado negro
y no por las nubes.
También nos pasa con las personas,
a veces tiramos tanto de la cuerda,
que la rompemos sin remedio.
Y ya no hay nudo que la sostenga.
¡Qué expertos en destrozar la vida!
¡Qué egocéntricos los seres humanos!
¡Qué mundo estamos haciendo!
¡Qué pena formar parte de ello!
Agua, merecemos esto.
Igual que no merecemos todo
lo que no valoramos.
Agua, no nos castigues más.
Por favor.
Aunque, desgraciadamente,
no te puedo asegurar
que aprendamos la lección.
Así somos...
los destructores humanos.
Pero agua... vuelve.
Limpia-nos tú.
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