martes, 9 de febrero de 2016

La "libertad", presa por las comillas.

"Libertad"
Sí. Con sus comillas.
¿Qué significa sin ellas?

"Libertad", que nos venden.
Cuando salimos a la calle
a gritar aquello que creemos nuestro.

"Libertad", que daña.
"Libertad de expresión" pero maltratando al de al lado.
Al revés, también.
Bonita esa "libertad", sí...

En nombre de "Libertad" cometemos barbaridades
Empeñados en "la mía", "la mía"...
¿Y la de mi vecino?
¿Acaso no tendrá la misma que yo?
¿Por qué nos empeñamos en aplastarla, haciendo valer solo la nuestra?

"Libertad", de los medios.
Muñecos de lo que vemos,
de lo que oímos
de lo que nos quieren hacer creer todos y cada uno de ellos
que se creen "libres" también.

"Libertad", de pacotilla,
"Libertad", para el insulto,
para la guerra, para el desprecio al diferente.
"Libertad", manga ancha para desvalijar-te y arrasar con tus principios, cuales sean.
"Libertad", de los valores perdidos.
"Libertad", para pisar, cuanto más fuerte mejor.
Tan egoísta, ella.

"Libertad", tan esclava.
Que no tenemos ni idea.

Ingenuos, creemos que tomamos decisiones en su nombre.
"Marionetas" de partidos, de equipos, de credos, de modelos,...
Dejamos moldear nuestra amada "libertad"
sin saber que no lo somos.

No lo somos, no. Ni la tenemos.
Porque nos sobra mucha y nos falta toda.
Se llena la boca al nombrarla mientras nos vaciamos.

"Libertad" sin Respeto solo es el canto y el encanto a uno mismo,
tanto, que apesta. Y sí, esto lo bordamos.
¿Quién se atreve a mirar al otro?

Y ahora me pregunto, ¿quién coño es libre?



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