miércoles, 15 de abril de 2020

Ocho meses y 6 horas

¡Qué te pillo!
¡Qué te pillo!
¡Te pillé!

Beso cada una de tus formas
en la que miras
y tocas
al corazón de esta madre
que late como nunca.

Beso tu manita,
las palmaditas en mi pecho,
los movimientos de tus dedos
y tus cinco lobitos.

Ese dientecito
que asoma puntiagudo,
me lo quiero comer,
y así acabar con tu malestar.

Me alucina
tu manera de lanzarte al plato,
de comer calabacín,
patata, brócoli,
pavo, pollo,
fresas o naranja,
y tu capacidad de beber
del vaso sin derramar
gota alguna.

Beso cada cosa que haces,
cada ruidito,
cada risita,
cada juego contigo.

Se me desborda el corazón
cuando tus brazos piden los míos,
cuando tus manos buscan el pecho,
cuando tus ojos paran en mí
con esa expresión,
con esa ilusión,
con esa cantidad de amor
que me deshace en mil pedazos
que solo tú recompones
para deshacerme otra vez,
y otra, y otra.

Porque cada día
contigo
es el mejor regalo.
Y repetiría cada momento
desde que llegaste
a nuestra vida.

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