Niña en la ventana 1920 Aurelio Arteta Errasti |
con la naturaleza.
Y gracias a que lo tengo.
Pareja e hija pequeña
en 68 metros cuadrados.
Y gracias a que están conmigo.
Espacios pequeños,
llenos de juguetes
que impiden el paso natural.
Y gracias, que los tengo.
Cocina demasiado justa,
para tanta despensa
y cacharros.
Y gracias, a que la tengo.
Padres que no salen de casa,
a ratos tristes, solos,
echando de menos.
Videollamadas constantes.
Ahorro obligado de abrazos.
Y, gracias, a que están sanos
y juntos.
Familia en la distancia,
hermana en el frente,
estas ganas contenidas de estar
en un mismo salón.
Y gracias, a que son, conmigo.
Alegría de sabernos bien.
Tristeza por cada historia truncada,
por cada nuevo ingreso,
por cada muerte
sin justa despedida.
Agradecimiento a tantos.
Impotencia ante lo que ocurre,
no soy más que un peón encerrado
que ha de conformarse.
Sin derecho lícito a quejarme.
Hay tantísimos seres humanos
a los que le duele tan fuerte
el corazón,
que solo quisiera abrazarles,
como abrazo a mi pequeña,
y poderles consolar
de la misma manera
que a ella.
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