Hacemos dos meses,
tú de vida aquí fuera,
yo como madre.
Y mira que hemos aprendido.
Tú, ya abres mucho los ojos
y miras fijamente.
Has descubierto tus manitas
y te mueves sin parar.
Ya sujetas algo la cabeza,
sonríes si nos ves,
demandas más atenciones
y el chupete, a veces, calma tu llantina.
Yo, a ser vulnerable a cada instante,
a tratar de entenderte
y darte lo que necesitas.
A llorar más por todo,
a convivir con un torbellino emocional,
a explotar de amor cada día,
a quererte sin límite,
a sentirme unida tan fuerte a tu vida,
que ya no entiendo la mía sin ti.
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