sábado, 10 de noviembre de 2018

Quedamos absueltos

Estalló el corazón
mientras testificaba
en tu contra.

Fueron mil los pedazos
esparcidos por la sala
cuando te llevaban a la fuerza.

Todos lo vieron claro:
hasta echando pestes
contra tu boca
y enumerando todas
las razones para expulsarte,
mi corazón quedó destrozado:
culpable.

Jurado y jueza en mi cabeza
que, por una vez,
no cedieron paso
a corazón.
Se hizo fuerte, pisó firme
y expuso:
quien no te quiere
como mereces,
nunca lo va a hacer
por mucho que lo intentes.

Y pese al dolor,
lo más sabio
no es echar a nadie,
es coger tu corazón
en la mochila
y marchar decidida.

Que el dolor, calmará.
Porque así está escrito
en las líneas de la vida:
esto también,
pasará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario