La vida, como dice mi amiga P., es una puta,
pero una puta muy bonita.
Cierto es que no es igual de puta para todos,
hay con quienes, la maldita ruleta se ensaña
incluso de manera obsesiva.
Con otros, es más benévola, regalando putadas más livianas.
Pero al final la puta bonita,
siempre, siempre trae dolor
y sufrimiento,
y puzzles de corazón que nunca igualarán al original.
Trae prisas, besos que no llegan,
palabras que nunca fueron dichas,
(y quizá ayudarían, o no)
Trae nostalgia, miedo, incomprensión,
a veces odio, depresión, obsesión,
inseguridad, muertes, locura,...
y un sinfín más de fealdades
que van perforando poco a poco nuestros órganos
a veces desde cerca, y a veces desde lejos
y, unas, te mueves más y otras, menos.
El azar de esta vida puta.
La vida es una puta,
una puta muy bonita.
Porque cuando trae lo esquivo,
también regala instantes, personas, miradas,
corazones, amaneceres, un poco de suerte estalla dando "vidas" a ese puzzle,
una risa, la inocencia, el querer y el amar, que te quieran y te amen,
una mano, un sueldo, una noche loca, cambios.... un yoquesequéseyo
que te conecta, que conectas, que deseas.
La vida es una puta, sí.
Con el lado bueno y malo de Julia Roberts (en Pretty Woman)
La puta que nos tiene en la palma de su mano.
La única puta que tenemos.
A ver si somos capaces de darnos cuenta...
No hay comentarios:
Publicar un comentario