A veces vuelve despacio
y se agarra a mi pierna.
y se agarra a mi pierna.
O vuelve y me
extiende los brazos
mientras me mira
con esos ojos, que hablan.
O viene, me coge la mano
y me lleva donde quiera.
Está descubriendo todo
con sus andares,
con sus manos.
Otras veces vuelve de golpe
gritando ma-má, ma-má.
Y ma-má cae en pedacitos
a su altura para decirle
"estoy aquí, contigo".
Y yo, cuando se va,
le voy dejando espacio
sin perderla de vista
para que cuando quiera volver
ya sea despacio,
extendiendo brazos,
cogiendo mi mano
o de golpe,
me tenga tan cerca,
tan disponible,
que no tenga que
gastar energía
en sentir miedo.
Sé que ella lo sabe
sé lo siente cómo yo
y además a ella le sale solo.
Se regala sin reparos.
Esto que tenemos,
aunque su memoria
no recuerde,
su piel y la mía
sabrán de todos y cada uno
de nuestros abrazos,
caricias, miradas,
risas, juegos
y llantos sostenidos.
Quedarán grabados
y sé que dejarán huella,
y espero que siempre,
siempre, siempre
sepa que su mamá
va a tener los brazos abiertos
cuando quiera volver.
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