Quiero contarte con cariño,
que hace tiempo no te ansiaba.
Había logrado equilibrarme
en la cuerda floja,
y vivía bien.
Llegó una noche de julio,
y apareció él para quedarse.
Fue rompiendo mis esquemas
a golpe de cariño.
Cambiando las prioridades,
con paciencia y despacito.
Derribando mis miedos
con el presente estallando
en cada beso.
Ganando tanto terreno en tan poco,
que apenas quedó hueco.
Así fue creciendo
un amor para mí desconocido,
que sobrepasaba toda razón
y se entregaba, a cada rato,
sin llevar cuentas de nada.
Un amor de dos,
de elegirse cada día,
de mirarse con ternura,
de cogerse de la mano,
de desinhibirse si se roza,
de sentirse en casa,
a salvo en el abrazo.
Con todo esto a fuego lento,
llegaron las ganas de ti,
de buscarte,
de ir más allá de lo propio
de querer amarte
y cuidarte siempre.
Has llegado en tu momento,
el mejor para
cambiarnos la vida.
Y ya te estoy imaginando,
en medio de nosotros,
entrelazando aún más
todo esto tan bonito
que tenemos.
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