Detrás del miedo, está la felicidad
repiten una y otra vez.
Siempre que la dicen, me aciertan.
Miedo, felicidad,
curioso nombre les repartieron
en el sorteo de los significados.
Ninguno existe,
y sin embargo los dos SON,
y mucho.
Vale, los acepto.
Detrás del miedo,
está la felicidad.
La que tantas veces evitamos
por no saber ponerla encima de la mesa,
por nombrarla con comillas,
y por su manía de marcharse sin despedirse siempre,
demasiado pronto.
El miedo es quien más habla,
al que más voz y altas voces cedemos.
El responsable de cortar alas
a todo aquel que desea volar,
quitando, de un tortazo,
las ganas, siquiera, de intentar.
Es límite.
Suprema razón y sinrazón,
de parones, rojeces y vergüenzas.
Es, el freno de golpe.
La puerta que se cierra por dentro,
mientras uno se despide, hasta otra,
de la felicidad que puede estar ahí,
esperando a ser abierta.
Es el malo y,
apenas alguna vez,
el bueno.
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- Esto viene de viaje y de cómo "no se puede andar por la vida sin andar"... :)
Anda, camina, vence el miedo y echa a volar.
Juan y Diana, ¡he aquí! Espero que os guste!
Os quiero.
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