Tus botas ya no dan más de sí.
Ten, toma estas, que son de tu talla.
¿No las quieres?
¿No te das cuenta de que no llegarás?
¿No ves tus callos?
Llega un momento en que
si lo que tienes te daña,
es bueno dejar que se vaya.
Y evitar, así, males mayores.
Lástima que no todo sea tan sencillo
como cambiar de botas.
viernes, 23 de febrero de 2018
jueves, 22 de febrero de 2018
Ha vuelto a helar
Ha vuelto a helar.
Nadie está a salvo.
Está todo cubierto.
Ponte a rascar
para ver si va cayendo.
Arranca el motor y da calor
para conseguir que se derrita,
a su ritmo.
A veces tarda mucho,
mucho más de lo que querrías.
Otras, ya no arranca.
Nadie está libre del hielo.
Mira tú, pasa en los coches
lo mismo que en las personas.
Nadie está a salvo.
Está todo cubierto.
Ponte a rascar
para ver si va cayendo.
Arranca el motor y da calor
para conseguir que se derrita,
a su ritmo.
A veces tarda mucho,
mucho más de lo que querrías.
Otras, ya no arranca.
Nadie está libre del hielo.
Mira tú, pasa en los coches
lo mismo que en las personas.
miércoles, 21 de febrero de 2018
Nuestros domingos
Me encantan los domingos
deshaciendo la cama,
asaltando la nevera y
mirando por la ventana.
Sí, esos domingos,
de pijama, manta y
sin reloj.
Café recién hecho,
maratón de serie
y m u c h a calma.
Vale, lo diré.
Que eres tú
quién me encanta,
por pintar
de colores mis domingos.
Les arrancaste la amargura
que en silencio se guardaban
por pasarse de rosca,
por pensar demasiado
y no saber disfrutarse.
Me encantan nuestros domingos
y me encanta cada uno
de los días
de la semana
a
tu
l
a
d
o.
deshaciendo la cama,
asaltando la nevera y
mirando por la ventana.
Sí, esos domingos,
de pijama, manta y
sin reloj.
Café recién hecho,
maratón de serie
y m u c h a calma.
Vale, lo diré.
Que eres tú
quién me encanta,
por pintar
de colores mis domingos.
Les arrancaste la amargura
que en silencio se guardaban
por pasarse de rosca,
por pensar demasiado
y no saber disfrutarse.
Me encantan nuestros domingos
y me encanta cada uno
de los días
de la semana
a
tu
l
a
d
o.
lunes, 19 de febrero de 2018
Hay un frío que no calma
Hablando del frío, conozco dos.
Uno, cesa con algo de abrigo
así que de este, no hablaré.
así que de este, no hablaré.
El otro es el peor, un frío,
que ni la manta calienta,
ni la buena sopa, alimenta.
Un frío que vacía
de golpe todo confort
que tengas dentro.
Sacude con fuerza,
se lleva todo a su paso,
asolando cualquier terreno,
que creías conquistado.
Cuídate de ese frío...
incalmable vacío,
cubierto por el hastío
y la pena,
de un cuerpo derruido.
Un frío,
que hace temblar todo cimiento,
que te pasea por precipicios,
oscuros lugares,
y le da igual si tú te opones.
A veces la vida pasa esquiva,
y te hace morir un poco,
aún mientras respiras.
Tengo frío.
Y tú también.
No soy tú,
pero querría.
viernes, 16 de febrero de 2018
La debilidad que no se lleva
Tienes que ser fuerte,
por esto no se llora.
No vas a solucionar nada,
si todo escrito está.
No enseñes tu debilidad,
levanta un muro,
traga saliva
y aprieta los dientes,
que la vida es de los fuertes.
Para ya,...
que por esto, no se llora.
Dile a tus ojos
que se beban la tristeza,
que la guarden donde quieran,
que la encierren donde puedan.
Y yo me pregunto,
si no sé,
cómo manejar la pena,
el vacío y todo el miedo.
Si no puedo frenar el mar
que me desborda,
si solo así puedo aligerar,
un ratito, el nudo
que atraviesa la garganta.
Igual, soy así.
Podéis aceptar
-un poco más-,
que es parte de mí,
esta debilidad.
Yo no logro encerrarla.
Y cuando habla,
solo llora,
quiere tu abrazo,
y busca su sitio
en tu regazo.
por esto no se llora.
No vas a solucionar nada,
si todo escrito está.
No enseñes tu debilidad,
levanta un muro,
traga saliva
y aprieta los dientes,
que la vida es de los fuertes.
Para ya,...
que por esto, no se llora.
Dile a tus ojos
que se beban la tristeza,
que la guarden donde quieran,
que la encierren donde puedan.
Y yo me pregunto,
si no sé,
cómo manejar la pena,
el vacío y todo el miedo.
Si no puedo frenar el mar
que me desborda,
si solo así puedo aligerar,
un ratito, el nudo
que atraviesa la garganta.
Igual, soy así.
Podéis aceptar
-un poco más-,
que es parte de mí,
esta debilidad.
Yo no logro encerrarla.
Y cuando habla,
solo llora,
quiere tu abrazo,
y busca su sitio
en tu regazo.
miércoles, 14 de febrero de 2018
Las formas de amar, o del amor.
Amor tiene tu forma.
Amor tiene tus gestos.
Amor tiene tu boca
y late al son de tu corazón.
Amor es Roma en Madrid,
con la 'Fontana di Trevi' en mi saliva.
Amor, es el sabor de nuestra historia,
vino, rosas, canela.
Dulce, sin azúcar
y puesto a fuego lento.
Puede subir o bajar,
pero bien sabe equilibrarse.
Amor, cuenta las horas,
y espera alerta tu llegada.
Amor, son las pipas compartidas,
las sábanas revueltas,
el abrazo de cuchara,
la mano que no se separa.
Amor es tu mirada,
que me hace mucho más fuerte.
Son tus dedos que me rozan.
Es un hoy, con vistas a mañana.
Amor es parar el tiempo
y cómo erizas mi piel,
si te acercas.
Amor es desear
mi vida contigo,
estos años y cada día.
Amor es nuestra fuerza,
querernos todas las tardes de domingo,
cerrando la puerta a la rutina
y abriendo el portón de nuestra vida.
Amor tiene tus gestos.
Amor tiene tu boca
y late al son de tu corazón.
Amor es Roma en Madrid,
con la 'Fontana di Trevi' en mi saliva.
Amor, es el sabor de nuestra historia,
vino, rosas, canela.
Dulce, sin azúcar
y puesto a fuego lento.
Puede subir o bajar,
pero bien sabe equilibrarse.
Amor, cuenta las horas,
y espera alerta tu llegada.
Amor, son las pipas compartidas,
las sábanas revueltas,
el abrazo de cuchara,
la mano que no se separa.
Amor es tu mirada,
que me hace mucho más fuerte.
Son tus dedos que me rozan.
Es un hoy, con vistas a mañana.
Amor es parar el tiempo
y cómo erizas mi piel,
si te acercas.
Amor es desear
mi vida contigo,
estos años y cada día.
Amor es nuestra fuerza,
querernos todas las tardes de domingo,
cerrando la puerta a la rutina
y abriendo el portón de nuestra vida.
lunes, 12 de febrero de 2018
Temores de vida: palabras de una hija a su madre
Inevitable,
y a la vez, por suerte,
te veo crecer.
Lo haces a tu ritmo,
que no me gusta,
que me asusta
y me entristece.
Cualquier cosa que te turbe,
chirría en mis adentros,
igual, que si me turbara a mí misma.
Si hay dolencia en tu cuerpo,
se hace mella en mis huesos.
Aunque creo que lo sufro
más por puro egoísmo,
al no poder ni pensar
en que, algún día, faltarás.
No hay ley de vida
que, realmente, valga.
No quiero aceptar,
que sufras,
que padezcas
y que no sea tu risa,
la que encienda cada día.
Si tú te tambaleas,
yo ya me he caído.
Dependiente de las curvas
de tu cuerpo,
de tu mano y de tu beso.
Mi lógica de vida,
axioma de mis días.
No es justo.
Nada lo es.
Hablaría con el diablo,
le invitaría a pactar
que no sufrieras
ni te fueras.
Sé que no te gustaría
y me dirías que
nunca te irás,
porque en cada uno de mis latidos,
siempre, siempre,
vas a estar.
Pero esto no calma
la ebullición de mis miedos.
Qué raro esto de escribir-te,
sana tanto como duele.
domingo, 11 de febrero de 2018
Te esfumaste
Quizá, fue en una soleada mañana,
cuando dejaste de presionar mi pecho.
Quizá, en un paseo por la montaña,
te precipitaste al vacío,
sin yo darme cuenta.
O quizá en alguna charla,
de repente, ya no estabas.
No sé cómo fue
ni cuándo dejaste
de marcar mis latidos.
Pero lo hiciste.
Pudo ser, tal vez,
cuando dejé de enfadarme
cada vez que te pensaba.
O cuando acabé con la culpa,
de no poder hacerte feliz.
O quizá,
-es que busco y no encuentro-,
cuando acepté la tristeza,
de ver el móvil, sin tus señas.
Quizá, todo tu fin, comenzó
cuando dejé de querer odiarte,
y cuando cejé en mi empeño
de olvidarte.
Y así, un día, ya no estabas.
Y pude ver más allá,
Y llegué al punto
de pensarte sin dolor.
Donde ya nada relativo a ti,
escuece.
Sí, sí. Así parece fácil.
Ya podía haberlo aprendido antes,
y no gastar tanta vida en ti.
cuando dejaste de presionar mi pecho.
Quizá, en un paseo por la montaña,
te precipitaste al vacío,
sin yo darme cuenta.
O quizá en alguna charla,
de repente, ya no estabas.
No sé cómo fue
ni cuándo dejaste
de marcar mis latidos.
Pero lo hiciste.
Pudo ser, tal vez,
cuando dejé de enfadarme
cada vez que te pensaba.
O cuando acabé con la culpa,
de no poder hacerte feliz.
O quizá,
-es que busco y no encuentro-,
cuando acepté la tristeza,
de ver el móvil, sin tus señas.
Quizá, todo tu fin, comenzó
cuando dejé de querer odiarte,
y cuando cejé en mi empeño
de olvidarte.
Y así, un día, ya no estabas.
Y pude ver más allá,
Y llegué al punto
de pensarte sin dolor.
Donde ya nada relativo a ti,
escuece.
Sí, sí. Así parece fácil.
Ya podía haberlo aprendido antes,
y no gastar tanta vida en ti.
sábado, 10 de febrero de 2018
Fin del juego
Qué difícil decidir,
cuándo no quieres hacerlo.
Qué difícil, además,
cuándo tú, no mueves ficha.
Decidir yo, sabiendo tu juego.
Aceptar el fracaso
del corazón entregado,
de las ganas de quererte
y de hacer vida contigo.
¿No oyes el llanto de
las pequeñas vidas,
que ya no te daré?
Ahora, he de contarles, yo,
que tuve que decidir,
porque, tú ni te moviste.
Qué difícil, deshacerse del amor.
Más, cuando no es correspondido.
Por fin, pude hacerlo.
Se acabó tu juego.
Ahora, el juego va
de quererme
un poquito.
Imagen extraída del Blog de Yes.
cuándo no quieres hacerlo.
Qué difícil, además,
cuándo tú, no mueves ficha.
Decidir yo, sabiendo tu juego.
Aceptar el fracaso
del corazón entregado,
de las ganas de quererte
y de hacer vida contigo.
¿No oyes el llanto de
las pequeñas vidas,
que ya no te daré?
Ahora, he de contarles, yo,
que tuve que decidir,
porque, tú ni te moviste.
Qué difícil, deshacerse del amor.
Más, cuando no es correspondido.
Por fin, pude hacerlo.
Se acabó tu juego.
Ahora, el juego va
de quererme
un poquito.
Imagen extraída del Blog de Yes.
viernes, 9 de febrero de 2018
Giros inesperados en la historia
Un autobús me permite
mirar unos cincuenta rostros,
cada uno, con su mochila a cuestas.
Con la mía, cincuenta y una.
Ojerosos y cansados en mayoría,
pero también, los que entran alegres,
sin el frío como excusa,
saludando a las caras conocidas.
El que no se quita el gorro,
la que se duerme al instante.
quien mira, perdido, la carretera,
aquél que está con el móvil
y quienes charlan sin más.
Yo estoy, entre aquellas personas,
que buscan un sitio en pasillo
y se sumergen en la música.
Hoy, como es mi costumbre,
voy con Rozalén,
que me hace mirar más allá
de mi sueño, a estas horas
tan tempranas.
Vidas coincidentes,
en media hora.
Fugacidad,
la misma que tienen
tantas otras cosas.
Ya está, ya hemos llegado.
- Hasta otra, desconocidos.
Sigo con lo mío,
y, cada uno con lo suyo.
Y siento,
la pena que me da,
que al final
haya relaciones que,
acaben igual.
mirar unos cincuenta rostros,
cada uno, con su mochila a cuestas.
Con la mía, cincuenta y una.
Ojerosos y cansados en mayoría,
pero también, los que entran alegres,
sin el frío como excusa,
saludando a las caras conocidas.
El que no se quita el gorro,
la que se duerme al instante.
quien mira, perdido, la carretera,
aquél que está con el móvil
y quienes charlan sin más.
Yo estoy, entre aquellas personas,
que buscan un sitio en pasillo
y se sumergen en la música.
Hoy, como es mi costumbre,
voy con Rozalén,
que me hace mirar más allá
de mi sueño, a estas horas
tan tempranas.
Vidas coincidentes,
en media hora.
Fugacidad,
la misma que tienen
tantas otras cosas.
Ya está, ya hemos llegado.
- Hasta otra, desconocidos.
Sigo con lo mío,
y, cada uno con lo suyo.
Y siento,
la pena que me da,
que al final
haya relaciones que,
acaben igual.
miércoles, 7 de febrero de 2018
¡Casa!
Pasa el tiempo,
y de largo, vemos pasar al invierno,
que, siempre, intenta dejar poso.
Pasa, pasa, ¿ves?
Ya se va.
Y yo te miro,
mientras tu mano
acaricia mi cuello.
Pasa todo,
tú te quedas
y yo contigo.
Mi lugar más seguro eres tú,
dónde no encorseto mis miedos,
ni mis formas.
Dónde solo nace querer,
con la certeza,
de que no hay otro hueco
donde pueda encajar mejor.
A ti, es dónde cada día,
quiero volver,
y re-volver-te.
y de largo, vemos pasar al invierno,
que, siempre, intenta dejar poso.
Pasa, pasa, ¿ves?
Ya se va.
Y yo te miro,
mientras tu mano
acaricia mi cuello.
Pasa todo,
tú te quedas
y yo contigo.
Mi lugar más seguro eres tú,
dónde no encorseto mis miedos,
ni mis formas.
Dónde solo nace querer,
con la certeza,
de que no hay otro hueco
donde pueda encajar mejor.
A ti, es dónde cada día,
quiero volver,
y re-volver-te.
domingo, 4 de febrero de 2018
Animales
Quisiera yo,
aprender de los animales.
De la manada, como avance.
Busco y no encuentro,
animales que critican.
Ninguno juzga si las manchas del leopardo,
son grandes o pequeñas.
Tampoco se dan cuenta si el cuello de una jirafa,
es más largo o más corto,
o menos alto, el salto de aquel canguro.
No inventan historias sobre otros,
ni siguen sus modales.
No se apuñalan por la espalda,
no se insultan
ni se menosprecian.
Viven, y calman su hambre
sólo cuando -ellos o su prole-
la tienen, y pueden.
Sobrevivir es demasiado importante
como para pararse a mirar...
Quisiera yo aprender,...
y, como ellos, no pararme a pensar
si ése o aquél me mira mal,
si habla así o asá.
O si este vestido hace más grande
o más pequeño mi culo.
Y pienso en nosotros,
"animales superiores"
(sí, con comillas).
Y yo, me río,
de nuestro progreso estancado
en el que necesitamos juzgar,
para sentirnos, qué sé yo.
A veces,
necesito ser más animal,
y menos humana.
aprender de los animales.
De la manada, como avance.
Busco y no encuentro,
animales que critican.
Ninguno juzga si las manchas del leopardo,
son grandes o pequeñas.
Tampoco se dan cuenta si el cuello de una jirafa,
es más largo o más corto,
o menos alto, el salto de aquel canguro.
No inventan historias sobre otros,
ni siguen sus modales.
No se apuñalan por la espalda,
no se insultan
ni se menosprecian.
Viven, y calman su hambre
sólo cuando -ellos o su prole-
la tienen, y pueden.
Sobrevivir es demasiado importante
como para pararse a mirar...
Quisiera yo aprender,...
y, como ellos, no pararme a pensar
si ése o aquél me mira mal,
si habla así o asá.
O si este vestido hace más grande
o más pequeño mi culo.
Y pienso en nosotros,
"animales superiores"
(sí, con comillas).
Y yo, me río,
de nuestro progreso estancado
en el que necesitamos juzgar,
para sentirnos, qué sé yo.
A veces,
necesito ser más animal,
y menos humana.
jueves, 1 de febrero de 2018
Trabajo duro
Acaba el ciclo,
y vuelves a venir,
a quitarme la esperanza,
a decirme que no,
que esta vez, tampoco.
Acaba el ciclo
y estás aquí,
sacando la tristeza,
el cansancio,
y mis ganas de llorar.
Acaba el ciclo,
y me dices
que me aguante,
que no hay otra.
Que ahora mandas tú.
Y yo, como cada vez,
revuelta en los pensares,
agacho la cabeza
con un lastrado cuerpo,
y sin fuerzas,
intento avanzar.
Y así una y otra vez,
y, hoy,
me agotas.
y vuelves a venir,
a quitarme la esperanza,
a decirme que no,
que esta vez, tampoco.
Acaba el ciclo
y estás aquí,
sacando la tristeza,
el cansancio,
y mis ganas de llorar.
Acaba el ciclo,
y me dices
que me aguante,
que no hay otra.
Que ahora mandas tú.
Y yo, como cada vez,
revuelta en los pensares,
agacho la cabeza
con un lastrado cuerpo,
y sin fuerzas,
intento avanzar.
Y así una y otra vez,
y, hoy,
me agotas.
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