Hablando del frío, conozco dos.
Uno, cesa con algo de abrigo
así que de este, no hablaré.
así que de este, no hablaré.
El otro es el peor, un frío,
que ni la manta calienta,
ni la buena sopa, alimenta.
Un frío que vacía
de golpe todo confort
que tengas dentro.
Sacude con fuerza,
se lleva todo a su paso,
asolando cualquier terreno,
que creías conquistado.
Cuídate de ese frío...
incalmable vacío,
cubierto por el hastío
y la pena,
de un cuerpo derruido.
Un frío,
que hace temblar todo cimiento,
que te pasea por precipicios,
oscuros lugares,
y le da igual si tú te opones.
A veces la vida pasa esquiva,
y te hace morir un poco,
aún mientras respiras.
Tengo frío.
Y tú también.
No soy tú,
pero querría.
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