viernes, 28 de septiembre de 2018

Nada es como antes


El reloj ya no funciona.
Ahora atornilla mi cabeza
restando tiempo 
cada vez que avanza el segundero. 

Que ya pocos son los planes,
menos las ganas
que son las que dividen 
y criban con quién puedes contar.
Quien está y quien se fue.

Que tengo un nudo
que ni sube ni baja. 
Justo ahí, entre los pulmones,
que tiembla en cada latido
y va conmigo a cada paso.

Que la risa ya no suma 100,
que todo lo bueno
frena en la garganta.
Que cuestan las palabras
en este laberinto
al que han cerrado la salida.

Que el tiempo no se pierde,
ya no. 
El mío es contigo
y temo que me lo roben.

Que llega y te toca
aquella historia triste
que ya viste en vidas ajenas.

Que al final, la vida
siempre acaba 
de la misma forma
y mientras,
nada,
nada es 
como antes. 

Todo será diferente
y vivirlo hoy,
es lo único
que queda,
pero duele.


martes, 18 de septiembre de 2018

Bandera blanca

Que para firmar una tregua,
que para que sea sincera
has de liberar tus batallas,
las propias, 
y hacer la paz
desde dentro.

Que si no acabas
con tu guerra
te descubrirás
en la espiral,
con los mismos tropiezos,
con la dificultad de encontrar
aquello que cuadre,
que naturalmente crezca
sin borrones ni tachones.

Yo me voy a vencer las mías,
que se bien dónde hacerlo.
Allí, donde mirar cuenta doble
y descubres a belleza volteando
las cuencas de tus ojos.
Donde respiras consciente
y notas a inmensidad
llenando tus pulmones.
Donde los pasos de mis pies
son latidos para el alma.
Donde hay reencuentros sinceros 
y cariño que no acaba.
Donde exprimir los momentos 
sale solo. 

Aquí, solo me 
me vas a faltar tú.
Cogeré de todo esto 
para ti
y para el baile 
de nuestra vida,
juntos.



jueves, 13 de septiembre de 2018

Sale barato

Barato y fácil.

Es el escondite perfecto
para escribirlo todo,
para escupir las inseguridades a otros,
las frustraciones,
envidias
o incapacidades.
Barato y fácil
teclear insultos,
menosprecios
bajo el sin escrúpulo
que regala el saberse
detrás de la pantalla.

Sale barato hacer daño
-o pretenderlo-.
Qué fácil invadir a otros.
Tan carentes de
respeto y empatía,
que nuestro mundo
ya no sabe cómo decirnos
que lo mandamos día a día
al infierno,
con todos nosotros dentro.

Mi desesperanza en lograr
que quien no respeta,
aprenda.
Para ellos es tarde.

Mi esperanza es ser fuerte,
sumar y parar de restar.
Tratar de rescatar a cordura,
trivializar el sinsentido,
no dar importancia
y no dejar que nos infecten
aquellos que solo quieren dañar.

Mi esperanza en los pequeños,
que ya no me queda otra.
Que puedan aprender
lo que nosotros no entendimos:
querer y respetar,
a uno mismo
y a todos los demás.