dicen querernos fuertes,
iguales,
con la misma dignidad que ellos,
con poder y libertad.
Por otro lado,
aquéllos que pueden,
que mandan, dirigen y
sentencian,
nos dicen que hagamos lo que hagamos
nosotras perdemos.
Que nos tenemos que enfrentar a
cinco malnacidos,
para que nos maten
y así, entonces sí.
Pero si no,
nunca se sabrá si consentimos.
Que cinco malnacidos no intimidan,
¡qué va!
Malnacidos los de ese tribunal,
que te han vuelto a agredir
con sus palabras,
a ti y a todas.
Justicia, ojalá pudieras repartirte sola.
Porque esos hombres
con su mazo,
solo nos
cuestionan y
condenan,
una y otra vez.
Y ya está bien.