A mis años
y con lo que la vida
me ha dejado aprender:
quiero cosas fáciles.
Sin faltas de aire
sin punzadas en la sien,
sin pesadillas
y con la conciencia tranquila.
Si depende de mí,
que sea fácil.
Camino llano, pocas piedras
y sin demasiados nubarrones.
Porque ya se encarga el rumbo
de arrimarte lo difícil,
de quitarte los sueños
y traer finales.
De dolerte mucho,
de poner la tristeza por bandera
sin posibilidad de recogida,
que te vacía.
Así que lo mío,
quiero hacerlo fácil.
Y si sé, hacértelo
más
fácil
a ti.
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