Muerdo los miedos,
paro relojes,
anudo mis errores,
silencio todos los finales.
Busco el monte abierto,
quiero respirarte,
llenar de mariposas los cuerpos
que comienzan a agotarse.
Retuerzo vientres,
estrujo males,
grito silencios
y corro a tu lado.
No quedan uñas
para pasar el trago.
Trago que no consuela
al no poderse brindar.
Agito el corazón
que despierte.
Llega la hora de ser valiente.
Toda premura es poca
si se trata de quererte.
Prendo la cobardía,
aunque no vuelen sus cenizas.
Miro tus pasos,
te alcanzo
y camino a tu lado.
Es el lugar exacto
donde me quiero
encontrar.
Enredaderas de vida,
la tuya y la mía.
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