Trago apresurado.
Palabras que se pisan
con un hablar desordenado.
Cena contenida,
risas que vienen
y van.
Cuéntame más
que yo sigo con mis preguntas.
Otro trago.
Te vas acercando,
lo noto.
Y no me importa.
Cambia el modo de
hablarnos
y miramos diferente.
Tus pupilas que dilatan.
Me voy arrimando.
Se rozan nuestras manos
y luego nuestros labios.
La despedida fue
con la certeza
de vernos más.
Unos años después
lo vivimos igual,
sin premuras
ni despedidas.
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