La vida en sus ojos,
curiosidad en sus manos
que mueven el viento
de las primeras veces.
Sorpresa en cada latido,
fuertes las pisadas
y la espalda erguida siempre.
Su cabeza alta
sin perder un solo detalle.
El tiempo que pasa lento
sin saber aburrirse.
No querer dormir
para poder exprimir más
el verbo
vivir.
Dadme un poco de lo vuestro
que yo me noto cansada.
Inyectadme,
que con un poco me basta,
la viveza,
la esperanza,
la alegría y
la ilusión
de la infancia
que tuve y que
puedo ver
a mi alrededor.
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