Te costó, pero llegar,
era ley natural.
Y desde ese momento,
ya estás regalando
amor, sin saberlo.
Ofreces dosis extra de ternura,
y risas sin igual.
Ojos que brillan como nunca,
manos más que cuidadosas,
cuando se acercan a tu pequeño cuerpo.
Has venido a regalarte,
y nos ayudas a ver más de cerca,
lo maravilloso de la vida,
por tenerte entre los brazos.
Déjame decirte, pequeño sobrino,
Te quiero infinito desde ya mismo,
y que no habrá día en que no te piense
y quiera verte.
Me tienes para quererte
de la forma más bonita que sé.
Quiero decirte, también,
que has dado en maravilloso hogar,
donde las voces te cantarán,
los brazos te acunarán
y tienes cuatro ojos cerca,
que ya no podrán mirar nada
de la misma manera
en que te miran a ti.
La gran familia, crece.
Desde ya, Diego,
solo puedo agradecerte.
Y quererte.
Y eso es lo que voy a hacer.
Solo un alma tan generosa como la tuya puede esribir así...
ResponderEliminarGracias Nuria, por mirarme con esos ojos!! Un beso enorme!
Eliminar