Foto de Ingrid Hoppe
esclavitud arrodillada,
muralla cada vez más alta,
poder de un anillo
que nunca adquirirás.
Es la culpa cuando te equivocas,
el pensarte incapaz
al ver una "ese" en el camino.
Es la limitación de tu mente,
la losa del despecho hacia ti mismo.
Cazadora de sueños,
cima de la montaña que nunca alcanzas.
Es el "pero" que siempre poner.
Es vergüenza, manía y enfado.
Es insomnio, agobio y miedo.
Y si fallas, ¿qué?
¿Dejará de amanecer?
¿Dejarás de ser?
¿Parará la vida?
Es la paz, cuando le haces frente.
Y la destierras de tu vocabulario.
Y te atreves a vivir tirando las piedras
que hagan falta,
cayendo y levantando,
siempre, mirando al frente.
Despedir la perfección,
es despedir lo que no existe
para darte la bienvenida,
a ti mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario