
Apenas queda aliento
de quien fui antes de ti,
casi ni recuerdo cómo era.
Caminos embarrados
no atisban ni una huella.
No sabría volver hasta allí
y tampoco querría hacerlo.
Las flechas señalan un nuevo norte
que es compartido,
viaje a tres en este espacio,
donde nada está dicho
y todo está por aprender.
En mi nuca, cierta presión
y en mis brazos solo amor.
Quiero llenarme de tus ojos que se fijan,
de tus movimientos bruscos
y de tus sonrisas furtivas
en mitad de cualquier sueño.
Los días pasan sin quererlo,
pensando poco en mí
cuidándote y
enamorándome más de ti.
Y tú, que regalas tanta ternura
me atrapas, me cautivas.
Cómo voy a querer volver
si tengo la vida por delante
contigo,
con vosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario